El 10 de diciembre celebramos el Día de los Derechos Humanos. En 1948, precisamente en esa fecha, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nuestro mundo no ha hecho más que cambiar desde entonces, pero el espíritu del documento mantiene su vigencia. Su principal objetivo es igualar a todos los habitantes del planeta a partir de unos derechos básicos e inalienables. Por eso es tan importante que los niños los conozcan: ellos serán los encargados de defenderlos en el futuro inmediato.
Dicho así, suena perfecto. Pero cuando nos ponemos manos a la obra, encontramos lo siguiente: "considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana...". Este es el inicio del texto de la Declaración. Desde luego, no parece muy atractivo para los más pequeños de la casa. ¿Crees que prestarían más atención si escuchasen algo como "érase una vez..."?
Pues entonces, ¡adelante! Los cuentos son una excelente herramienta para hablar de temas complejos en el maravilloso idioma de los niños.
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Cuentos sobre inmigración, guerras y racismo
Los movimientos migratorios están entre esos asuntos que resulta difícil explicar a los niños. Además, los mensajes que recibimos a través de los medios de comunicación no encajan con lo que expone la Declaración Universal de los Derechos Humanos. "Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país", indica el artículo 13. Una propuesta tan original como atrevida para abordar el tema es ¡Al furgón!, de Henri Meunier y Nathalie Choux. Con la fuerza del humor, el cuento invita a reflexionar sobre el trato a las personas etiquetadas como 'sin papeles'.
La problemática de las guerras está directamente relacionada con lo anterior. Para afrontarla puedes repasar las recomendaciones que hicimos en el Día Internacional de la Paz. A ellas podemos añadir El País de las Bombas, El País de los Prados, relato de Brane Mozetič con ilustraciones de Maja Kastelic. Recomendado desde los 5 años, esta obra nos hace entender que en toda guerra hay seres humanos inocentes que son víctimas de las injusticias. Porque, al fin y al cabo, un conflicto bélico es una negación del artículo 1 de la Declaración, que nos sugiere comportarnos "fraternalmente unos con los otros". El día que Saída llegó es un cuento de Susana Gómez Redondo y Sonja Wimmer apoyado en ese valor. Narra una historia de amistad que demuestra que hay riqueza en la diversidad cultural. No existe ninguna diferencia que sea más importante que todas las cosas que nos unen.
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Aprendiendo a respetar a través de los cuentos
Lo primero que establece la Declaración es que todos nacemos "libres e iguales en dignidad y derechos". Este principio es la base y el motor del texto. Implica asumir el respeto como premisa fundamental en las relaciones humanas, entender la empatía como un deber. En La mochila rosa, María Gutiérrez, Nazara Lázaro e Isaac Correa plantean este reto en el contexto de la diversidad sexual. También podemos cuestionar los estereotipos de género. La Cenicienta que no quería comer perdices, de Nunila López y Myriam Cameros, es una magnífica opción para hacerlo. También puedes echar un vistazo a estos 8 cuentos con enfoque Montessori que te recomendamos en el Día Internacional de la Niña.
En la Escuela Bitácoras creemos en el valor de los cuentos como recurso pedagógico. Por eso, desarrollar un criterio a la hora de elegir historias es una destreza esencial para padres y educadores. En el curso «Cuentos que cuentan», Paloma Balandis y Cristina Saraldi comparten los conocimientos acumulados en sus años de experiencia como narradoras. Porque contar cuentos es mucho más que leer.