Lo llamamos 'vuelta al cole', pero también podríamos llamarlo 'vuelta a los mocos' o 'regreso de los problemas respiratorios'. No hay manera de evitarlo. Cuando comienza el curso, los niños vuelven a sufrir esos contratiempos que habían aparcado durante el verano. La temporada alta de mocos abarca desde septiembre hasta junio. Y aunque pueden llegar a ser muy molestos, conviene recordar que los mocos son 'aliados' incomprendidos. "Son armas defensivas de nuestro organismo para atrapar los gérmenes que vienen del exterior y expulsarlos", explica la pediatra Lucía Galán en el curso «Crianza de 0 a 4 años».
Así lo corrobora José Luis García, fisioterapeuta pediátrico. "Si los niños tienen mocos, significa que su sistema inmunitario está funcionando", apunta. En la mayoría de los casos, detrás de los problemas respiratorios hay virus y bacterias. Pero no siempre es así. En el curso «Fisioterapia respiratoria en casa», José Luis García nos habla de otras situaciones que pueden ser causa de dificultades para los niños.
Más información sobre el curso «Crianza de 0 a 4 años»
Problemas respiratorios por reflujo gastroesofágico
Las paredes del estómago están preparadas para soportar el ácido allí presente. No sucede lo mismo con el esófago. Si el esfínter no se cierra correctamente, ese ácido estomacal puede alcanzar el esófago y producir irritación. Es una posibilidad más frecuente de lo que podría parecer. "Un problema de reflujo gastroesofágico puede generar problemas respiratorios. Lo hace y de forma repetitiva. Si un bebé tiene varias bronquiolitis reiteradamente habrá que ver qué está pasando con el reflujo gastroesofágico", advierte José Luis García.
¿Cómo llega a ocurrir? Los pulmones, cercanos al esófago, pueden sufrir irritación por proximidad. Si el aparato respiratorio recibe algún tipo de agresión responde con inflamación, broncoespasmo, segregación de mocos... También puede darse la llamada inervación autónoma. El sistema nervioso recibe información compartida de las zonas del estómago, esófago y pulmones. "Si hay información de irritación de una estructura, puede haberla en otra próxima y generarse una respuesta inflamatoria", dice José Luis. Además, micropartículas del contenido del estómago pueden llegar al pulmón a través de las microaspiraciones. En ese caso también puede darse una respuesta inflamatoria.
Más información sobre el curso «Fisioterapia respiratoria en casa»
El paladar y los problemas respiratorios
Como hemos visto, un problema digestivo puede ocasionar problemas respiratorios. Pero estos también pueden venir dados por una cuestión relacionada con el paladar y la cavidad nasal, que nada tiene que ver con virus y bacterias. Los bebés nacen con el paladar algo elevado. Durante los dos primeros años de vida, baja de manera progresiva. ¿Cómo lo hace? La naturaleza dispone de una herramienta formidable para ello: la lactancia materna. Ya sabes que es mucho más que alimentación. Los beneficios de la lactancia materna para el niño y la madre son múltiples y van mucho más allá.
Cuando el paladar no baja según lo previsto invade espacio de la cavidad nasal. El aire no pasa correctamente y pueden aparecer rinitis crónicas, inflamaciones de esta cavidad, con mucha segregación de moco. Por supuesto, esto no quiere decir que los bebés que no reciben lactancia materna vayan a tener estos problemas. Pero sí es verdad que se ha comprobado que buena parte de los niños con paladar ojival y las consecuentes rinitis no han recibido pecho materno.
Con el curso «Fisioterapia respiratoria en casa» podrás aprender a detectar y responder a estos contratiempos en casa. No se trata de prescindir de la supervisión de los profesionales cuando es precisa, sino de que también padres y educadores sepamos manejar información sencilla. "El conocimiento y la preparación puede ayudarnos a resolver muchos problemas respiratorios de bebés y niños", confirma José Luis García Morales, experto en fisioterapia respiratoria pediátrica, terapia manual pediátrica y neurodesarrollo.