Alrededor de los seis meses de edad, muchos bebés empiezan a manifestar interés por los alimentos que ven a su alrededor. Otros expresan curiosidad un poco antes, algunos lo hacen un poquito más tarde. Por supuesto, todos son perfectamente normales. Los que no solemos fallar somos los padres, en especial los primerizos. A medida que nos aproximamos a esa frontera del medio año, es natural que tengamos ganas de que el peque empiece a probar cosas nuevas. Es uno de los primeros grandes cambios en la vida del bebé. En este punto es cuando debemos decidir si apostamos por el modelo de Baby Led Weaning (BLW), alimentación complementaria autorregulada.
Las ganas nos llevan a hacer planes. Y con los planes aparecen las dudas. En general, la mayoría de nuestras indecisiones tienen relación con dos cuestiones: cuándo empezar y cómo empezar. La respuesta a la primera de estas preguntas nos la proporciona la observación. En el curso «BLW. De la teoría a la práctica», Sara Traver nos cuenta qué señales pueden indicarnos si un niño está preparado para comer alimentos sólidos. La segunda cuestión es algo más compleja, porque encierra muchas preguntas más. ¿Qué alimentos son más apropiados para empezar? ¿Debemos preocuparnos si pasan los días y no come nada? ¿Cuál es la mejor manera de presentarlos? Trataremos de despejar recelos con algunos consejos básicos para comenzar con el BLW.
Más información sobre el curso «BLW. De la teoría a la práctica»
1. Tu tranquilidad es un ingrediente imprescindible
Para sentirse seguro y tranquilo, tu bebé necesita que tú te sientas tranquila y segura. De poco sirve que tenga ya la edad adecuada y que haya dado las señales precisas, si su adulto de referencia no es capaz de acompañarle desde la calma. Presta atención, confía en las capacidades de tu hijo y disfruta un momento único. Observa, escucha, busca consejos especializados y descarta prejuicios. Los falsos mitos sobre Baby Led Weaning pueden contagiarte dudas infundadas. Foros de Internet, comentarios de otros padres, consejos (bienintencionados) de tus amigos y familiares... es fácil caer en errores si no acudimos a fuentes de confianza.
2. ¿Cuáles son los mejores alimentos para empezar con el BLW?
La respuesta anterior prácticamente deja contestada esta segunda cuestión. Como sabes, existen unas normas de seguridad para comenzar con la alimentación complementaria. Siempre y cuando cumplas esas reglas, el mejor alimento para tu bebé será aquel con el que tú te sientas segura. Frutas maduras, como el plátano; o verduras hervidas, como patatas o zanahorias, han sido aliadas fantásticas en la iniciación de numerosas familias. Además, resulta sencillo presentarlas en forma de barrita. Esto permite al niño agarrarlas con facilidad y llevárselas a la boca para comerlas sin correr riesgos.
3. ¿Y qué alimentos conviene evitar?
Las directrices médicas acerca del orden de introducción de alimentos en bebés han variado durante los últimos tiempos. En los cursos sobre alimentación de Escuela Bitácoras encontrarás información actualizada. Como verás, en la mayor parte de casos sólo hay unos cuantos alimentos que debemos evitar o limitar durante el primer año. Los pescados con contenido en mercurio o cadmio, frutos secos enteros, productos desnatados, la carne o el pescado poco hechos... son algunos ejemplos. El huevo también tiene algunas peculiaridades a considerar. Tener una lista de restricciones siempre a mano es una buena forma de eludir peligros.
Más información sobre el curso «BLW. Alimentación complementaria autorregulada»
4. La importancia del hierro
Alrededor de los seis meses puedes comenzar a ofrecer alimentos complementarios a tu hijo. Hemos destacado una palabra en negrita: complementarios. Es importante recordar que hasta los doce meses el bebé se alimenta esencialmente de leche, ya sea materna o de fórmula. Si das el pecho a tu hijo, debes saber que esa leche tiene prácticamente de todo. El hierro es tal vez la única cosa que le falta. Así que si te preocupan los niveles de hierro de tu peque, puedes proponerle probar la remolacha, el brócoli o la yema de huevo (bien cocida y tomando las precauciones necesarias).
5. ¿Qué estrategia debo seguir para ofrecer un alimento nuevo a mi bebé?
La recomendación general es ofrecer sólo un alimento nuevo cada vez. Si no ha probado nunca el tomate, preséntaselo solo o en compañía de otro alimento seguro, uno que ya haya consumido varias veces. De este modo tomamos precauciones ante posibles alergias. Si se produce una reacción sabremos exactamente qué es lo que la ha desencadenado. Además, es aconsejable que coma al menos tres días ese nuevo alimento, en cantidades cada vez mayores, para que no nos queden dudas sobre él. Tiempo habrá de llegar a las etapas en el que problema es justo el contrario: no querrá probar cosas nuevas.
6. ¿Y si no come nada?
Repitamos lo dicho en el cuarto punto. Los sólidos son, hasta los doce meses, alimentos complementarios. Tomando leche, tu hijo debería tener todo lo que necesita para desarrollarse con normalidad. Los padres tendemos a preocuparnos. Pensamos que si no comen un poco más tendrán problemas de crecimiento. Pero la ciencia lo deja claro: la cantidad de alimento que come tu bebé no es tan importante como crees. En el curso «BLW. Alimentación complementaria autorregulada», Julio Basulto lo explica con detalle, apoyándose en investigaciones contrastadas. "No es que crezcan porque les damos de comer, sino que tienen hambre porque están creciendo", concluye el nutricionista. Puedes estar segura: si quieres que tu hijo aprenda a alimentarse, no insistas para que coma.