Los niños piden a sus padres aquello que desean: un juguete nuevo, un libro, un helado... Sus solicitudes funcionan así hasta que llega el día del cambio. Siempre llega. Una tarde cualquiera, tu hijo pronunciará una frase muy parecida a esta: "mamá, ¿me das dinero para comprar tal cosa?". Con esas palabras estará eliminando tu mediación en el proceso de compra. Y esto significa que empieza a ser consciente de cómo funciona el dinero. Probablemente, ese momento marca el comienzo de una etapa en la que el niño necesita acompañamiento para afrontar un nuevo aprendizaje. Usándola de forma coherente y organizada, una paga puede ser una buena herramienta para ayudarles a manejar dinero con responsabilidad.
Es cierto que este tema siempre resulta controvertido. Algunas familias apuestan por una asignación semanal para los niños, pero otras consideran que es mejor no aplicar este modelo. "Nosotros pensamos que es interesante. Con su paga, los niños aprenden a gestionar su dinero. Favorece la autonomía, porque tienen que decidir en qué gastarlo y asumir las consecuencias de no tenerlo una vez lo han gastado", explica el psicólogo Alberto Soler. En el curso «Cómo fomentar la autonomía en los niños» nos ofrece consejos para que la paga no sea un problema, sino una aliada para aprender y madurar.
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1. Da ejemplo a tus hijos
Es una máxima aplicable a prácticamente todos los temas de crianza y educación. En Escuela Bitácoras recordamos a menudo las palabras de Albert Einstein: "educar con el ejemplo no es una forma de educar, es la única". De poco servirá que pienses en la mejor manera de gestionar la paga de tus hijos si no eres un modelo para ellos. Se fijarán en ti para aprender qué es gasto, qué es ahorro y cómo encontrar el equilibrio entre ambos puntos. También te observarán con atención para moldear sus valores. Ten en cuenta lo complejo que es determinar cuándo el dinero es importante y cuándo hay otros valores que deben pesar más.
2. ¿A qué edad puede tener paga a un niño? ¿Qué cantidad es la adecuada?
La edad de inicio, la cantidad y la frecuencia de la paga son aspectos complejos, que dependen de varios factores distintos en cada caso. El interés del niño en el dinero, el nivel de comprensión y responsabilidad que demuestre; y por supuesto, las posibilidades de cada familia, son las claves que nos darán la respuesta a estas preguntas. En términos generales, Alberto Soler indica que entre los 6 y 8 años los peques suelen estar preparados para recibir pequeñas cantidades. Cuando marques la cifra, recuerda que el gran objetivo es que aprendan a administrar su dinero. Por eso es mejor quedarnos cortos que pasarnos.
3. ¿Cómo ajustar la cantidad que ofrecemos como paga?
Dos euros pueden ser una paga más que suficiente para una niña de 7 años; pero parece complicado que una adolescente de 14 se las apañe con esa cantidad. Con el tiempo, poco a poco, hay que ir haciendo ajustes. Para que este tipo de asuntos no se enquisten resulta muy útil implementar las reuniones familiares. Es una herramienta de Disciplina Positiva que ha demostrado una gran eficacia para mejorar la comunicación en el hogar. Estos encuentros son la oportunidad perfecta para discutir esta clase de temas. No hay inconveniente en regular la paga en función de las circunstancias. Eso sí, recuerda que al instaurar un sistema de paga es fundamental no conceder caprichos o dar dinero extra habitualmente. La asignación pierde el sentido si cometes este error.
4. Si das una paga a tus hijos, tendrás que darles confianza
Si un niño recibe cuatro euros cada semana, debe tener libertad para gastarlos en lo que quiera dentro de unos límites lógicos. No tiene sentido darle dinero y obligarle a meterlo todo en una hucha, o impedir que lo gaste en algo que le apetece. Al darles dinero y libertad estamos enviándoles un mensaje: "confío en ti". La confianza siempre favorece un clima saludable en casa. "Ellos tienen que aprender a administrarse y nosotros tenemos que aprender a ceder esta parcela de control", concluye Alberto Soler. Por lo tanto, sí a la supervisión pero no al control absoluto.
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5. ¿Es conveniente usar la paga como premio o castigo ante determinadas conductas?
Los premios y los castigos afectan a la motivación de los niños. Lo mejor es evitar su uso, sin que esto signifique permitirles hacer todo lo que les apetezca. En Disciplina Positiva apostamos por herramientas alternativas, como el enfoque en las soluciones. Algo que sí puede ser interesante en ciertos casos es pedir al niño que asuma la reparación de un daño ocasionado. Podemos hacerlo si ya tiene la madurez precisa para comprender lo que ocurre. Basta con plantearlo de forma natural, sin enfados. Al fin y al cabo, es lo mismo que nos pasa a nosotros cuando tenemos un accidente y rompemos algo. Las recompensas y las multas, aunque pueden funcionar a corto plazo, no suelen traer consecuencias deseables a la larga.
6. ¿Podemos usar la paga para pagar a un niño cuando hace los deberes o ayuda en casa?
Volvemos a lo señalado en el punto anterior. El objetivo fundamental de la paga es que los niños aprendan a gestionar el dinero, no dotarnos de un arma para chantajearles. Tampoco es buena idea enseñarles que deben exigir una compensación por cumplir con sus responsabilidades y sus obligaciones. Asuntos como los deberes o las tareas domésticas deben ser independientes de su asignación económica. "Si estos temas representan un problema, lo abordaremos de otro modo", recomienda Alberto Soler. De nuevo, para discutir y buscar soluciones haciendo partícipes a los niños, te aconsejamos probar las reuniones familiares según el modelo de Disciplina Positiva.
7. La paga como herramienta de aprendizaje para los niños
Aunque debemos dejar las decisiones sobre el gasto en manos de los niños, hay muchas maneras de utilizar la paga para impulsar aprendizajes. Puedes proponer a tus hijos que dediquen un pequeño porcentaje a fines solidarios, como colaborar con una ONG. Convertirlo en una actividad familiar, con aportaciones de todos, será estimulante para ellos. Por otro lado, si prestas atención a sus gastos y sus preferencias, encontrarás el momento para animarle a establecer un plan de ahorro y marcarse algún objetivo a largo plazo. Además, es posible que llegada cierta edad te plantee determinados 'negocios'. "Si me das 3 euros, puedo limpiarte el coche", propondrá. Cuando la tarea no interfiere en las obligaciones previamente asignadas puede ser positivo valorar la iniciativa emprendedora. Seguro que aún recuerdas con orgullo tus primeros sueldos; y cómo tus primeros empleos te ayudaron a conocer el valor del esfuerzo y la satisfacción del deber cumplido.