El 31 de agosto siempre será una fecha muy especial para los interesados en la pedagogía y la educación. En ese día del año 1870 nació en Chiaravalle, en la italiana provincia de Ancona, Maria Montessori. Es una mujer única en la historia de la humanidad, con un pensamiento y una manera de vivir adelantados a su tiempo. En una época en la que acceder a estudios superiores era más que complicado para las mujeres, Montessori rompió barreras y obtuvo una sólida formación en áreas diversas. Desde la biología hasta la medicina, pasando por la antropología y la filosofía. Sin embargo, a partir de finales del siglo XIX concentró su interés en el estudio de la infancia, convencida de que los grandes cambios en el mundo llegarían de la mano de cambios en los modelos educativos imperantes.
Maria Montessori nos dejó una obra tan amplia como profunda y admirable. Fue capaz de observar el desarrollo y la educación de los niños desde múltiples perspectivas. Su mirada fue tan particular e innovadora que el paso del tiempo no erosiona su vigencia. Como ya hemos hecho en ocasiones anteriores, queremos brindarle un pequeño homenaje en el aniversario de su nacimiento. En este 150º cumpleaños recogemos algunas de sus reflexiones más brillantes sobre la maravillosa inteligencia de niños y niñas. Recuerda que en el curso «Montessori en el hogar» encontrarás las claves para aplicar este método en tu casa, explicadas por Bei M. Muñoz. Además de una reconocida experta en pedagogía Montessori, Bei es educadora certificada en Disciplina Positiva.
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1. El niño debe liderar su propio aprendizaje
"Cuando nos abstenemos de guiar al niño subyugado, paso a paso; cuando, liberando al niño de nuestra influencia personal, lo colocamos en un ambiente adecuado para él, en contacto con los medios de desarrollo, lo confiamos a "su propia inteligencia".
Montessori apunta aquí algunas cuestiones esenciales en su filosofía. Los niños no son recipientes vacíos que tengamos que llenar de conocimientos, sino seres activos y capaces. Nuestra responsabilidad como adultos está en el acompañamiento, en la preparación del "ambiente adecuado" y de unos materiales apropiados. Debemos prestar atención a sus inquietudes, necesidades y deseos; conocer las particularidades de la etapa de desarrollo en que se encuentran. Pero lo fundamental está en sus manos: los niños aprenden más y mejor cuando son responsables de su propio aprendizaje.
2. La importancia del desarrollo de la mente
"Es entregarse a la "formación interna" lo que hace libre al hombre. Si la libertad del hombre fuera un problema simple, bastaría con aprobar una ley que permita a los ciegos ver y a los sordos oír, para devolver la salud a la "pobre humanidad" (...) No es la acumulación de un conocimiento directo de las cosas lo que forma al hombre de letras, al científico y al sabio; es el orden establecido en esa mente que ha de recibir tales conocimientos".
Quizá es este el cambio más importante que necesitan nuestros modelos educativos. El foco no debe estar en los contenidos, sino en el desarrollo de la mente de los niños y las niñas. Porque el conocimiento siempre estará ahí, a su alcance; pero la infancia es una etapa única. Es vital aprovechar ese tiempo alimentando la curiosidad, la iniciativa, la exploración... porque será eso lo que proporcione a los peques todas las llaves para acceder al conocimiento que deseen.
3. La alegría del aprendizaje para los niños
"Toda conquista intelectual es una fuente de alegría para los niños libres. Es el placer al que son más susceptibles y les hace 'despreciar' placeres inferiores. Después de haber probado esto, los niños 'desprecian' los dulces y los juguetes. Y es esto lo que los hace sublimes a ojos de quienes los contemplamos".
Maria Montessori nos habla de una de las consecuencias más hermosas e importantes de confiar en la inteligencia de los niños. Si les damos la oportunidad de aprender y desarrollarse movidos por su propia iniciativa, podremos ver con nuestros propios ojos lo felices que son haciéndolo. Y observaremos también cómo su hambre de aprendizajes aumenta con cada avance. Es un deseo que está en su naturaleza. La educación debe estar enfocada a avivar esa energía, no a debilitarla o incluso apagarla.
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4. El verdadero objetivo de los procesos de aprendizaje
"El objetivo de los niños que perseveran en su trabajo con un objeto, ciertamente no es "aprender"; lo que los mueve son las necesidades de su vida interior, que deben organizar y desarrollar por sus propios medios".
¿Cuántas veces has podido ver a tu hija completamente concentrada en una tarea? Jugar con unos palos, con unas piedras, con un trozo de tela... No está simplemente pasando el tiempo. Tampoco está proyectando estudiar matemáticas o geometría, aunque tal vez esté haciéndolo de algún modo. Su motivación procede de su interior. Como apunta Maria Montessori, está desarrollándose y madurando, organizando esa mente capaz de absorber todo lo que llega a ella. ¿Hay un 'trabajo' más importante que ese? Esta es una de las razones por las que los niños necesitan más juego libre y menos actividades dirigidas.
5. Experimentación, inteligencia e imaginación
"Todo niño debería poder experimentar de primera mano, observar y ponerse en contacto con la realidad. Así, los vuelos de la imaginación comenzarían en adelante en un plano superior; y la inteligencia podría dirigirse a sus canales naturales de creación".
Visto todo lo anterior, permitir que los peques avancen por sus propios medios debería ser una máxima innegociable en cualquier sistema educativo. Para Montessori, esto no sólo haría que los niños se sintiesen felices y despiertos. También provocaría grandes cambios en el mundo. "La educación en la primera infancia es la clave para construir una sociedad mejor", subrayó la italiana.
6. El sentido de la educación
"Nuestro cuidado del niño debe regirse no por el deseo de "hacerle aprender cosas", sino por el empeño de mantener siempre encendida en él esa luz que se llama inteligencia. Si para ello debemos consagrarnos como lo hicieron las vestales de antaño, será una obra digna de tan gran resultado".
¿Para qué debe servir la educación, si no es para nutrir la inteligencia de los seres humanos? Montessori compara la labor de "mantener siempre encendida esa luz" con el trabajo de las vestales. En la Antigua Roma, este conjunto de sacerdotisas tenía por misión conservar vivo el Fuego Sagrado de Vesta. Esta era la diosa del hogar, concebido como centro de las emociones y las comunidades humanas. Siguiendo el ejemplo de las vestales, la educación no debería permitir que la luz de la inteligencia se apagase nunca.