El curso 2020/21 ya está aquí. Allá por marzo, en las primeras semanas de la pandemia, tal vez creíamos que las cosas serían muy distintas en colegios e institutos en septiembre. Pero la realidad es que, en la mayoría de los casos, los cambios no han sido tan contundentes como cabía esperar. La situación general sigue siendo preocupante, con la pandemia todavía viva; y las aulas que se encontrarán nuestros hijos en sus centros educativos no serán muy diferentes a las que dejaron hace seis meses. La 'vuelta al cole' es fuente de preocupación y nerviosismo para las familias. Para los niños y adolescentes y también para sus padres, abuelos, tíos...
En estas circunstancias, las mascarillas y los geles hidroalcohólicos se incorporan a la lista de material necesario para la escuela. Sabemos que seguir las recomendaciones de seguridad es fundamental para cuidar nuestra salud física, pero debemos tener muy presente que gestionar los miedos es imprescindible para la salud psicológica y emocional. No sólo los temores que puedan sentir los más pequeños de la casa, sino también los que tenemos nosotros, los adultos. ¿Cómo te sientes cuando piensas en el regreso a las aulas de tus hijos? Conviene que reflexiones antes de hablar sobre el tema con ellos.
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El miedo a la 'vuelta al cole' en los adultos
Quizá la palabra miedo te parezca imprecisa. Incertidumbre, indefensión, estrés, ansiedad, nerviosismo... quien puede saber qué término encaja mejor con tus sentimientos eres tú. Lo importante es que comprendas qué es lo que te preocupa. No es igual temer que tu hija contraiga el coronavirus en el cole y contagie a sus abuelos, que creer que puedes quedarte sin empleo si eres tú la que termina contagiada. Identificar las causas de tu inquietud puede ayudarte a poner límites al miedo y manejar la situación con cierta calma.
Mantener una conversación con los responsables del centro educativo de tus hijos también puede resultar tranquilizador. Puedes charlar con los tutores para saber cómo llevarán las clases; o con el equipo de dirección, para conocer las medidas de prevención y el protocolo en caso de brotes de COVID-19. En muchísimas poblaciones, los niños van a acudir al colegio a diario, en grupos de más de 20 por aula. El riesgo cero no existe, es lógico que sientas inquietud; pero la situación se volverá rápidamente insostenible si las personas que estarán a cargo de tus hijos no te transmiten un mínimo de confianza.
Cuando reúnas toda esta información sobre tus propias emociones y sobre el modus operandi de la escuela, puedes pensar en esa conversación que vas a tener con los niños. Tu discurso debe ser claro y sincero, pero también debe tener en cuenta la madurez de tus hijos y las circunstancias que hayan vivido estos meses. Tus palabras pueden ser la única fuente de información para un niño de 5 años. Sin embargo, los adolescentes reciben datos (a veces sesgados o erróneos) por múltiples vías. Además, las cosas pueden ser más complejas si el virus ha afectado a alguien del entorno próximo del niño.
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El miedo a la 'vuelta al cole' en los niños
Como nos pasa a los adultos, los temores que el virus genera pueden adoptar distintas formas en los niños. No sólo está el miedo a enfermar o a contagiar a otros. También pueden, por ejemplo, temer un nuevo confinamiento. Un joven centrado en acceder a estudios superiores podría sentir ansiedad al pensar en la posibilidad de que sus resultados académicos empeoren. Observando y escuchando sabrás si tus hijos tienen miedo y qué es exactamente lo que les preocupa.
La sinceridad es innegociable así que es buena idea que compartas tus sentimientos con ellos. Si tienes miedo, lo notarán. Con un peque de 4 años habrá que priorizar transmitirle cierta seguridad, con un adolescente podremos ser más abiertos. Pero conviene vigilar fórmulas como "no va a pasar nada" o "todo esto pasará pronto", porque no son garantías que podamos darles. Nos toca vivir en el ahora, en esta incertidumbre, con unos peligros que no debemos negar. Hay que hablar de esos riesgos, pero haciendo hincapié en los medios que tenemos para protegernos.
De este modo, con los más pequeños podremos enfocar la charla en la importancia de que aprendan autocuidados, en especial los relacionados con la higiene. Cuanto mayores sean, más podremos girar el foco hacia la responsabilidad que tienen que asumir, sobre sí mismos y hacia quienes les rodean. Y sobre todo, escuchemos. Si tus hijos no están tranquilos, pregúntales qué necesitan para sentirse mejor. No dudes en buscar el apoyo de un profesional si tu situación es difícil. En Escuela Bitácoras encontrarás cursos diseñados para ayudarte a entender las emociones de tus hijos y fortalecer tu comunicación con ellos.