No hay mamá o papá que no quede maravillado al descubrir el extraordinario potencial del uso de lengua de signos con bebés. Todavía hay gente que piensa que la utilidad de esta herramienta se limita a la comunicación con personas sordas. Por eso muchos se quedan boquiabiertos al ver un bebé de 10 meses expresándose a través de señas. Porque los niños comunican desde que nacen o incluso antes, pero los signos multiplican sus opciones para hacernos comprender qué necesitan, qué quieren o qué están viendo. Muchas familias que completan el curso «Lengua de Signos para bebés», con Ruth Cañadas, cuentan cómo este recurso les ha ayudado a evitar frustraciones y fortalecer vínculos. Pero por supuesto, como en todo aprendizaje, durante el camino pueden surgir contratiempos.
Existen un sinfín de razones para ofrecer signos a tu bebé. Es un maravilloso estímulo para su desarrollo intelectual; y no sólo no interfiere en la adquisición del habla, sino que algunos estudios apuntan que los bebés signantes tienen mayor facilidad para aprender idiomas. Comprobar que tienen capacidad para comunicarse con sus figuras de apego refuerza su autoestima y estrecha los lazos. "Utilizando la lengua de signos podemos conseguir conexión inmediata con nuestros hijos", explica Ruth. Además, recibiendo y mostrando signos, los niños trabajan atención visual y psicomotricidad. Por eso las dificultades no deben hacernos pensar en tirar la toalla. De hecho, una duda o un problema no significa necesariamente que estemos haciendo algo mal.
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1. Mi bebé no hace correctamente los signos que le enseño
Cuando un bebé empieza a caminar, lo natural es que tropiece, caiga y tenga dificultades para mantener el equilibro. Al comenzar a hablar, pueden decir "aba" en lugar de agua o "bela" para referirse a su abuela. ¿Qué hacemos ante estas situaciones? No les corregimos diciendo "enderézate y camina como es debido", o "muy mal, no se dice 'aba', lo correcto es decir agua". Lo que solemos hacer es valorar su esfuerzo y su interés y darles tiempo para mejorar a través del ejemplo. Con las señas sucede lo mismo. "Los niños empiezan mostrándolas a su manera, dependiendo de la etapa evolutiva en la que estén y la capacidad manual que tengan", apunta Ruth Cañadas.
Al ofrecer signos debemos tener presente que los objetivos son comunicar y fortalecer vínculos. Estarán conseguidos si logramos entender lo que el bebé quiere transmitir. No es necesario que sus signos sean perfectos, basta con que sean eficaces. Si tú signas 'agua' de una manera y él de otra, no hay problema siempre y cuando os entendáis. Eso sí, Ruth recomienda no modificar la forma en que los adultos usamos los signos para que se parezca a la que emplea el bebé. Unas veces es él quien evoluciona hasta mostrar el signo igual que nosotros, en otras ocasiones la aparición de la palabra hablada hace que dejen de recurrir a la seña. Por contra, si aún no has mostrado a tu hijo el signo para 'agua' y él inventa uno, sí puedes adoptarlo en lugar del signo 'académico'. No hay uno mejor que otro: sirve aquel que facilita la comunicación.
2. ¡No pasamos de los 4 o 5 primeros signos aprendidos!
Un error habitual por parte de mamás y papás es pensar que un niño ha interiorizado un signo sólo cuando comienza a usarlo. Intentando ser pacientes y cautos, ofrecen los 4 o 5 primeros signos y esperan semana tras semana, aguardando que el peque los domine todos. Y cuando ese día no llega, algunos desesperan y dejan de signar. ¿Qué es lo que ocurre? ¿No es capaz de aprender más? ¿Es que no tiene interés en comunicarse, al menos de ese modo? No. Lo que falla es nuestra manera de interpretar su progreso.
"No es necesario esperar a que el bebé muestre signos para ofrecerle más vocabulario. Lo que hace falta es esperar a que reaccione a nuestro signo, a que muestre una emoción. Es entonces cuando sabemos que hay comprensión, que está asimilando. En ese momento podemos añadir vocabulario", comenta Ruth Cañadas. Como decíamos antes, nuestros grandes objetivos deben ser comunicar y fortalecer vínculos. Si tus hijos comprenden tus signos, estaremos en el camino correcto para alcanzarlos. Respetando el ritmo de cada uno, terminarán haciendo uso de lo aprendido. Como verás en el siguiente apartado, a veces tienen sus motivos para no utilizar las señas que conocen.
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3. Mi bebé no utiliza los signos que le hemos mostrado
Que un bebé no muestre un signo no implica que no lo conozca o no lo comprenda. En ocasiones no lo necesitan porque disponen de otro recurso igual de eficaz. Puede ser otro gesto, un balbuceo, señalar con el dedo... Algunos niños no repiten el signo correspondiente a 'mamá' por una razón tan sencilla como que están casi todo el día con ella. La necesidad de nombrarla no surge. Por eso, en el curso «Lengua de Signos para bebés», Ruth Cañadas aconseja que mamá enseñe el signo de papá y viceversa. El momento en que el ausente entra por la puerta, por ejemplo al volver de trabajar, es una oportunidad perfecta para ofrecérselo.
En otras ocasiones, los padres intentamos que repitan signos que carecen de interés o utilidad para ellos. ¿Para qué les sirve el signo 'elefante' si no tienen un juguete de este animal, un cuento, o cualquier representación que puedan ver con frecuencia? "Mostremos un abanico grande de vocabulario y veremos qué necesidades tiene el peque. Será él quien nos dará las pautas, en función de la etapa evolutiva en que se encuentre", señala Ruth. El aspecto de la etapa evolutiva es muy importante. Es probable que a los 7 meses, tu hijo no esté preparado para recibir señas sobre emociones; sin embargo, sí lo estará para recibir aquellas relacionadas con sencillas rutinas diarias, como el baño, la hora de comer o la de dormir.
Las ventajas y beneficios de la lengua de signos, cómo saber cuándo empezar a usarla, cómo combinarla con canciones y cuentos... A lo largo de las 12 lecciones de su curso en Escuela Bitácoras, Ruth Cañadas te cuenta todo lo que necesitas saber para empezar a comunicarte con tu bebé con esta extraordinaria herramienta.