Si tienes hijos pequeños y han regresado a la escuela infantil o al colegio, lo más probable es que ya estéis en plena batalla contra los mocos. Parece imposible que entre septiembre y marzo no aparezcan; y a menudo no hay forma de desalojarlos por más que lo intentemos. Por si fuese poco, el contexto con la pandemia de coronavirus intensifica las preocupaciones de madres y padres ante cualquier contratiempo relacionado con la salud de los niños, en especial si hablamos de problemas respiratorios. Cuando se trata de mocos, la cosa nos inquieta de verdad si aparecen en lugares distintos a la nariz. Unas veces, en ojos y oídos; otras, en la garganta y el pecho.
Debemos tener claro que mocos no es sinónimo de problemas. Al menos, no en un primer momento. Nuestro fisioterapeuta pediátrico de referencia, José Luis García Morales, siempre nos dice que "los mocos son nuestros amigos". Son los 'aliados' más incomprendidos del invierno. "Si los niños tienen mocos significa que su sistema inmunitario está en funcionamiento", aclara García Morales, experto en fisioterapia respiratoria pediátrica, terapia manual pediátrica y neurodesarrollo. En el curso «Fisioterapia respiratoria en casa» nos explica cómo detectar cuándo los mocos dejan de ser amigos para convertirse en huéspedes desagradables. No sólo si están en la nariz, también si surgen en pecho y garganta.
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¿Bajan los mocos desde la nariz al pecho de los niños?
O lo has dicho en alguna ocasión o, al menos, lo has escuchado. "Es que a mi hijo los mocos se le bajan al pecho". Es cierto que pueden aparecer en esa zona, pero no que 'bajen'. "Los mocos no bajan al pecho. Los mocos de la la nariz no van deslizándose hasta el pecho. Lo que pasa es que los mocos se producen en cualquier nivel del aparato respiratorio, en aquel en que se necesite una respuesta inflamatoria. El aumento de la producción de moco es uno de los factores de esa respuesta inflamatoria, porque inicialmente es una defensa", explica José Luis García Morales.
Otro mito muy extendido es que si el niño no expulsa los mocos del cuerpo escupiendo, facilita que vuelvan al lugar del que proceden. Como el anterior, tampoco es verídico. "Si un niño que tiene flemas en la garganta o mocos a nivel pulmonar, tose, arranca la flema y traga, hace lo que tiene que hacer. Está bien", apunta el fisioterapeuta. Los mocos de la garganta que se tragan no vuelven al aparato respiratorio, sino que pasan al digestivo. Saldrán del organismo con las heces o con el vómito. De hecho, en ciertas ocasiones los niños tragan demasiado moco y llegan a padecer cierta gastritis. "Es un daño colateral a un proceso fisiológico. Porque tragar las flemas es un proceso fisiológico", concluye García Morales.
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¿Qué hacer si un niño tiene mocos en la garganta o el pecho?
En la nariz está la primera barrera física contra los microorganismos. Si los frenamos a esa altura, la respuesta inflamatoria se generará ahí. Las enfermedades que aparezcan tendrán menos gravedad que si esto ocurre a nivel pulmonar, más profundo. El aire que entra por la nariz topa con distintas cavidades que hacen que pase filtrado, más húmedo y caliente. "Una nariz limpia protege los pulmones", señala José Luis. No siempre lograremos evitar que las respuestas inflamatorias se generen más allá de la nariz, pero mantener esta zona lo más limpia posible siempre será de gran ayuda.
Algunos casos de bebés con bronquiolitis se 'resuelven solos', por así decirlo, alrededor de los dos años. Es entonces cuando se abren los poros de Kohn entre los alveolos. Si hay moco en la zona antes de esa edad, al no entrar aire para moverlo, los problemas pueden complicarse. Algo similar sucede con niños que sufren bronquitis de repetición: con frecuencia, entre los 5-7 años el problema desaparece. Es entonces cuando entran en acción los canales de Lambert, que permiten el paso de aire entre bronquiolos y alveolos.
Por supuesto, no tienes que resignarte a esperar antes de esas edades. "Aplicando técnicas sencillas de fisioterapia respiratoria en el hogar podemos desobstruir conductos. De este modo puede entrar el aire, no se pierden funciones y la situación no empeora", apunta José Luis García Morales. Es posible 'sacar' los mocos de la garganta y de la zona más elevada del pecho. Con el curso «Fisioterapia respiratoria en casa» aprenderás a hacerlo, visualizando ejemplos claros y sin correr riesgos. Si lo que necesitas es hacerte una idea de cuidados y problemas básicos durante la primera infancia, no dejes de matricularte en el curso «Crianza de 0 a 4 años», impartido por la prestigiosa pediatra Lucía Galán.