Alrededor de los 6 meses de edad, tu bebé emitirá algunas señales que te confirmarán que está preparado para empezar a comer alimentos sólidos. La leche (materna o de fórmula) habrá cubierto todas sus necesidades hasta entonces. Será uno de los primeros grandes cambios en su vida. Y como ocurre con todos los grandes cambios, llegará acompañado de un buen número de dudas. Como es lógico, muchas de ellas tendrán relación con la seguridad. Nos ilusiona compartir mesa con el peque, pero también queremos evitar riesgos. Por eso los alimentos potencialmente alergénicos protagonizan muchas de las dudas que madres y padres planteamos a los profesionales sanitarios.
Además, no es extraño que encontremos información confusa. Puede suceder que dos médicos nos den recomendaciones diferentes; y que en un libro o en Internet, incluso en publicaciones confiables, encontremos consejos distintos a los de los doctores. No es fácil filtrar y dar con una pauta que nos dé tranquilidad y nos convenza de que estamos haciendo lo correcto. Con alimentos potencialmente alergénicos resulta especialmente difícil, porque las normas e indicaciones de los organismos de referencia han ido variando a lo largo de los últimos tiempos. No se trata de un capricho de los expertos, sino del resultado de las investigaciones que continúan realizándose sobre esta compleja materia.
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La incorporación de alimentos potencialmente alergénicos a la dieta del bebé
"Las recomendaciones que han cambiado tienen que ver con los alimentos implicados en la mayoría de alergias alimentarias en bebés. El pescado, la leche entera, los frutos secos, el huevo, el marisco... creíamos que incorporarlos más tarde podía prevenir la aparición de ciertas enfermedades, como alergias alimentarias", explica Julio Basulto, dietista-nutricionista y profesor del curso «BLW. Alimentación complementaria autorregulada».
De hecho, todavía hoy encontramos profesionales sanitarios que ofrecen recomendaciones que no tienen en cuenta la última evidencia científica. Porque en la actualidad sabemos que, en términos generales, no es necesario demorar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos a la dieta del bebé. "Lo cierto es que parece que incorporar los alimentos pronto incluso podría disminuir el riesgo de alergia", apunta Basulto.
Por lo tanto, desde que un bebé está preparado para consumir alimentos sólidos, puede tomar prácticamente cualquier alimento. Existen apenas unas cuantas excepciones. Esta recomendación se aplica también a niños con alto riesgo de alergias, por ejemplo aquellos con antecedentes familiares. En ese caso, más que evitar alimentos, debemos prestar especial atención para detectar posibles síntomas y acudir a la consulta del pediatra.
Por supuesto, es fundamental seguir las indicaciones de los especialistas para ofrecer alimentos de manera segura. Entre los cursos sobre alimentación de Escuela Bitácoras encontrarás opciones como «BLW. De la teoría a la práctica», «BLW. Alimentación complementaria autorregulada» o «Alimentación infantil 12-36 meses», con toda la información precisa para disfrutar junto a tu hijo de sus primeras comidas.
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El cómo es más importante que el qué: Baby Led Weaning (BLW)
Si tienes claras las normas de seguridad, no es necesario que te comas el coco pensando qué alimento ofrecer a tu hijo en primer lugar. "Lo que sí es verdaderamente relevante es la progresión. Es decir, hacer las cosas poco a poco y comprobar la tolerancia del bebé. Si al día siguiente de incorporar una novedad en su dieta el niño sigue bien, adelante con otra", apunta Julio Basulto.
¿Cómo hacer las cosas? A veces estamos tan preocupados que olvidamos la naturalidad. "Coge a tu hijo en brazos y siéntalo contigo a la mesa. Que coja un alimento con su mano y se lo lleve a la boca. ¿Qué alimento? Ese alimento saludable que tú estás comiendo. Ese alimento típico de tu hogar. Porque cuando está en el vientre de su madre ya se va acostumbrando a los aromas y sabores de su dieta. Incluso lo hace también a través de la leche materna", añade Basulto.
Por eso el Baby Led Weaning (BLW) o alimentación complementaria autorregulada es una excelente forma ofrecer a tu bebé sus primeros sólidos. No es un método para hacerles comer, sino un enfoque respetuoso para acompañarles mientras aprenden a alimentarse. Ponerlo en práctica no es, ni mucho menos, complicado. En realidad, lo que nos cuesta trabajo a mamás y papás es desterrar falsos mitos y creencias erróneas. Ni comiendo sólidos se exponen a un mayor riesgo de ahogamiento que con purés y papillas, ni deberíamos obsesionarnos por la cantidad de comida que consuman. Y son tan solo dos ejemplos.
Con los cursos «BLW. De la teoría a la práctica», «BLW. Alimentación complementaria autorregulada» aprenderás, de la mano de Sara Traver y Julio Basulto, a poner en práctica el Baby Led Weaning. Con confianza, sin miedos y descubriendo sus demostrados beneficios para la salud y la autonomía de los niños.