La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Española de Pediatría (AEP), aconsejan lactancia exclusiva hasta los seis meses de edad, así como una alimentación complementaria adecuada hasta los dos años de vida o más, ya que ésta cubre las necesidades nutricionales para el adecuado crecimiento y desarrollo físico del bebé.
Pero, ¿qué sucede cuando el bebé cumple seis meses?, ¿qué pautas recomiendan los expertos? A partir de este momento los profesionales sanitarios (pediatras, dietistas nutricionistas, enfermeros) expertos en la salud de los niños, recomiendan empezar a introducir alimentos de manera complementaria a la leche (materna o de fórmula).
¿Qué significa “alimentación complementaria”?
Hace referencia a que será una alimentación que acompañe y complemente, sin ser sustitutiva de la leche, la cual seguirá siendo el principal alimento del niño. Los expertos recomiendan ofrecer primero el pecho o el biberón para posteriormente ir ofreciendo nuevos alimentos a los niños, y que de este modo complementen su alimentación hasta los dos años de vida o más.
¿Cómo debemos introducir los nuevos alimentos? Existen varias maneras de comenzar con la alimentación complementaria. Hay quienes escogen la opción de ofrecer los nuevos alimentos de manera triturada, y por el contrario, quienes optan por ofrecer los alimentos tal y como se los ofreceríamos al resto de miembros de la familia, de manera natural, como se encuentran en nuestro medio.
Existe una técnica que cada vez está más presente, llamada Baby- Led Weaning, o alimentación complementaria autorregulada, donde los niños participan del acto de comer de manera activa. Se sientan a la mesa con el resto de miembros de la familia y comen por sí mismos los alimentos, con sus manos, explorando, descubriendo, tocando, saboreando y percibiendo todo lo que la alimentación regala a sus sentidos.
Esto implica grandes beneficios como la potenciación de su autonomía, la mejora de su coordinación óculo-manual, la práctica del agarre y la pinza digital con sus manitas o la capacidad de regular su ingesta de alimentos y su preferencia por los distintos sabores y texturas.
Y ¿qué alimentos debemos ofrecer primero para llevar a cabo BLW? ¿Qué sucede con aquellos alimentos llamados “alérgenos”? Se están llevando a cabo gran cantidad de estudios que dicen que podría reducirse la aparición de algunas enfermedades al integrar e introducir cuanto antes un alimento, como sucede en el caso de las alergias alimentarias.
Aunque es importante destacar que la introducción nunca debe ser antes de los 6 meses de edad del bebé, ya que son mayores los beneficios de la lactancia exclusiva hasta ese momento que los beneficios de introducir un nuevo alimento.
El National Institutes of Health (EEUU) en 2010 afirmó que no es necesario demorar la incorporación de alimentos potencialmente alérgenos, ni siquiera en aquellos niños que tengan mayor riesgo por ser hijos o hermanos de familiares con alergias.
Los estudios concluyen que un niño de seis meses o más puede tomar frutas, verduras, cereales, frutos secos chafados, legumbres, carnes y pescados sin exponerse a ningún factor de riesgo, siempre y cuando se tengan en cuenta estas excepciones:
· Evitar sólidos con riesgo de atragantamiento
· No ofrecer desnatados, ya que los niños necesitan de las grasas para crecer
· Ofrecer como máximo medio vaso de zumo natural al día
· No ofrecer lácteos (excepto lactancia)
Y ¿por qué cambian tanto las pautas y los consejos de los profesionales respecto a la introducción de alimentos? Ante todo debemos pensar que los estudios y la ciencia están en constante cambio y descubrimiento. Se van conociendo nuevos métodos y datos que nos permiten cambiar las pautas y directrices a seguir, siempre teniendo en cuenta la misma base que los expertos, los dietistas nutricionistas, llevan difundiendo a lo largo de toda su historia, que es es basar la dieta en alimentos de origen vegetal poco procesados, en cuanto a adultos se refiere.
Según los estudios más recientes, introducir los alimentos siguiendo un orden concreto no tiene mayor relevancia ni conlleva beneficios intrínsecos, además de no ser necesario mantener días o semanas entre la introducción de un nuevo alimento y otro.
Es importante observar a los niños y tener precaución con aquellos alimentos que puedan aumentar el riesgo de atragantamiento, ya sea por su tamaño o por su consistencia, y sobre todo saber que el hecho de comenzar a introducir nuevos alimentos mediante la técnica Baby Led Weaning (BLW), siempre bajo supervisión de los adultos, implica grandes ventajas para aquellos niños que lo llevan a cabo.
Si quieres descubrir más sobre BLW, el orden de introducción de los alimentos, cuáles son más aconsejables para esta práctica (y cuáles evitar) o, en general, la alimentación que ofrecemos a los más pequeños, te animamos a acercarte al curso de Julio Basulto para Escuela Bitácoras «BLW. Alimentación complementaria autorregulada».