Para ser un buen padre no queda más remedio que hacer un montón de sacrificios. Hay que renunciar al menos a una parte del tiempo libre y las horas para dormir. Por si fuese poco, conviene multiplicar la paciencia, necesaria para enfrentarse a todo tipo de quebraderos de cabeza. El sentido del humor se convierte en un valioso aliado ante estas exigencias. Cuando uno aprende a afrontar el día a día con una sonrisa, no tarda en descubrir que la paternidad puede (y debe) ser divertida.
En la Escuela Bitácoras estamos celebrando el Día del Padre durante toda una semana. Y no queríamos dejar pasar la oportunidad de recuperar cinco vídeos que nos recuerdan que, a pesar de todas las renuncias y todos los sacrificios, en la paternidad nunca faltan horas para reír. Porque no hay ningún recuerdo más especial para un niño que los ratos disfrutando junto a sus padres. Ser papá es el mejor trabajo del mundo: consiste en buscar la felicidad haciendo felices a otros.
1. Enseñar con el ejemplo... hasta las últimas consecuencias
A papás y mamás se nos cae la baba con los espectáculos infantiles. Una obra de teatro, un baile, una canción interpretada por un coro... lo grabamos en vídeo y aplaudimos a rabiar cuando termina. Sin embargo, ¿qué opinan los niños? El miedo escénico no es exclusivo de los adultos. Como los mayores, algunos peques se sienten intimidados en el escenario, con cientos de ojos observándoles. Si la situación les sobrepasa, su reacción es imprevisible.
Entonces es el progenitor quien debe decidir cómo se posiciona. ¿Qué harías si tu hija pequeña estalla en llanto cuando llega el momento de interpretar la danza que tantas veces has repasado con ella? Algunos no sabrían qué hacer. Otros, quizá, animarían desde su butaca. Pero este papá no se lo pensó dos veces: ya que conocía los pasos, no tuvo inconveniente en colarse en la escena para apoyar y dar ejemplo a la niña. Y por si no fuese suficientemente complicado... ¡con su hermanito en brazos!
2. Ensayando sale mejor
Es posible que el papá del vídeo anterior haya creado una moda. Porque cuando una escuela de baile de Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos) propuso ensayar una coreografía entre las alumnas y sus padres, la respuesta fue abrumadora. Muchos quisieron apuntarse a la actividad, sin complejos de ningún tipo. Como podrás observar en las imágenes, hubo hasta quien se atrevió con el tutú. Otra manera de enseñar que, si lo que queremos es disfrutar junto a un ser querido, ningún miedo o vergüenza debería detenernos.
3. Inspiración matutina ante el espejo
Si buscas una forma original de transmitir valores a tus hijos, toma buena nota de lo que hace este padre. Cada mañana se coloca ante el espejo con su hija. Además de lavarse la cara, cepillarse los dientes y peinarse, juntos repiten una serie de frases. Las imágenes son tan poderosas que no podemos hacer más que invitarte a pulsar play y emocionarte. Por si no hablas inglés, te dejamos aquí la traducción de sus hermosas palabras.
«Soy fuerte. Soy inteligente. Trabajo duro. Soy hermosa. Soy respetuosa. No soy mejor que nadie. Nadie es mejor que yo. Soy increíble. Soy genial. Me llamo Aliya Alston. Si caigo, me levanto. Estoy bendecida. Gracias, Dios, por hacerme genial. Nadie es mejor que yo».
4. Si sueña con ser Spiderman, déjale soñar...
Millones de niños siguen con entusiasmo las aventuras de sus superhéroes preferidos. Algunos lo pasan en grande disfrazándose como ellos cada vez que tienen oportunidad. Pero no todos tienen la fortuna de convertirse en auténticos héroes con ayuda de sus papás. Este vídeo nos sirve para tener presente que lo que más felices les hace no es lo material, sino que juguemos como ellos lo hacen. Con toneladas de imaginación. Si tú eres creativo, tu hijo puede ser Spiderman.
5. ... y si sueña con ser Elsa, de Frozen, también
Muchos padres proyectan en sus hijos sus propios miedos, prejuicios o frustraciones. En ocasiones puede resultar complicado no hacerlo: lo único que queremos es que nadie les haga daño. Pero, ¿conoces alguna manera de proteger más eficaz que enseñarle a ser fuerte? Para ser fuerte, una persona sólo necesita sentirse a gusto consigo misma, sea cual sea su identidad. En el caso de los niños, con frecuencia sólo quieren jugar. ¿Qué derecho tiene un adulto a privarle de un gozo totalmente inofensivo?
Cuando su hijo de 4 años le dijo que le apetecía disfrazarse de Elsa, protagonista de la película Frozen, este papá lo tomó con naturalidad. «Es importante enseñar a los niños a que se sientan libres de hacer lo que quieran. Igual que no ven el color de la piel, mi hijo simplemente ve en Elsa que es genial. Para él, es una superheroína», comentó cuando su vídeo se hizo popular. Eso fue después de que comprase no uno, sino dos trajes. Uno para su hijo... y otro de talla adulta.