El miedo es humano. Nos acompaña durante todas las etapas de nuestra vida, desde la infancia hasta la vejez. Paradójicamente, el miedo es también un gran desconocido. Nos educan en la evitación, en la negación, en el "no tengas miedo"; y, sin reparar en ello, transmitimos ese mensaje a nuestros hijos. La sociedad enseña que el miedo es negativo, que es preferible no sentirlo, que lo bueno es ser valiente. Al hacer esto estamos negando las importantes funciones del miedo, vital para la supervivencia de la especie humana y de cada individuo. De no sentir miedo, jamás reaccionaríamos ante peligros y amenazas. En efecto, el miedo es muy humano; pero a menudo actuamos como si pretendiésemos desterrarlo.
Como ocurre con tantos otros aspectos de la crianza y educación de los niños, es preciso que los adultos acompañantes cambiemos nuestra mirada hacia el miedo. Eso es lo que nos propone Blanca Torres en el curso «Miedo en la infancia». "El miedo es una emoción que debemos entender. El término miedoso tiene unas connotaciones negativas que no me gustan. Es algo que deberíamos explicar a los niños: no puedes ser valiente si no eres miedoso. Alguien que no tiene miedo no puede afrontar nada con valentía. Pero si sientes miedo, la valentía está en la capacidad de afrontarlo", explica Blanca, psicóloga y antropóloga.
Por supuesto, el exceso de miedo resulta paralizante y puede provocar complicaciones. "Pueden surgir las fobias o la ansiedad generalizada", advierte Torres. Por eso es fundamental aprender cómo acompañar los miedos de los niños, enseñándoles a afrontarlos poco a poco y no a huir de ellos. "Es fundamental evitar la evitación", destaca.
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Factores que influyen en la sensibilidad al miedo de los niños
A lo largo de las 10 lecciones del curso, Blanca Torres nos habla de los miedos más frecuentes en cada edad. Eso sí, debemos tener presente que se trata de una estructura simplemente orientativa. La mayor parte de los temores pueden expresarse en momentos distintos de maneras diferentes.
Un aspecto esencial a la hora de hablar de miedo en la infancia es el grado de sensibilidad al miedo de cada niño. Existen múltiples factores que lo determinan e influyen en él.
- El temperamento. Algunos niños son más proclives a explorar lo desconocido, otros son más prudentes. De la misma manera, cada uno muestra una reacción distinta a diversos estímulos, por ejemplo el ruido. Por naturaleza, hay niños con temperamentos más o menos tendentes al miedo.
- El vínculo de apego. No se trata de que un bebé que desarrolla vínculos de apego seguro con sus padres no vaya a tener miedos. Sin embargo, sí es cierto que cuando esos vínculos no son seguros, suelen aparecer más temores y puede ser más complicado resolverlos.
- La genética, la experiencia, la cultura, la naturaleza... Todos estos factores influyen en el grado de sensibilidad de los peques. No de forma aislada, sino combinándose y relacionándose entre ellos.
- Los niños altamente sensibles. Blanca Torres nos habla también de esta particularidad, que puede favorecer el desarrollo de miedos.
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Madres, padres y "el miedo a transmitir miedo a los niños"
A veces somos las mamás y los papás los que más miedo tenemos. Precisamente, miedo a transmitir nuestras inseguridades a nuestros hijos. Es común que tratemos de evitar a toda costa expresar tristeza o temor ante ellos. "Eso coloca un peso demasiado grande sobre los adultos. Creemos que vamos a transmitirles cualquier emoción y que eso puede hacer que desarrollen problemas", apunta Blanca Torres.
Aunque conviene analizar con cuidado cada caso, no es extraño que exageremos en nuestras preocupaciones. "Cuando lloras y cuando tienes miedo, lo que transmites a tus hijos es que eres humano, que tienes sentimientos", subraya la psicóloga. No tiene sentido intentar 'tragarnos' nuestras emociones, porque eso dificultará que las gestionemos correctamente. A fin de cuentas, nadie puede elegir cómo se siente.
El curso «Miedo en la infancia» es un viaje a través de los temores de los niños, sus orígenes, sus motivaciones y el acompañamiento que necesitan. Pero durante las 4 horas del curso también descubrirás que los adultos solemos retener, en algún rincón de nuestro interior, aquellos miedos que nadie nos ayudó a afrontar en nuestra niñez. Una formación imprescindible para madres, padres, docentes y para cualquier persona interesada en comprender cómo funciona esta emoción, a menudo injustamente silenciada.
