Los divorcios, aunque afectan a toda la familia, se producen entre cónyuges. Nadie puede divorciarse de los hijos en común que tiene con otra persona. Parece una obviedad, pero esta es una cuestión que de algún modo tiende a olvidarse durante los procesos de separación. Si eres madre o padre lo serás toda la vida, al margen de lo que suceda con tu relación de pareja. Esta condición te asigna una serie de obligaciones y responsabilidades que tendrás que asumir, antes, durante y después del divorcio. Por eso es tan importante conocer las leyes, los derechos de cada parte y entender conceptos relevantes como el de guarda y custodia.
En el curso «Separación responsable», la psicóloga Aurora Sastre Ubierna y la abogada Miriam López Maqueda profundizan en las implicaciones de un divorcio, tanto desde el punto de vista legal como desde el emocional. A la hora de hablar de guarda y custodia, conviene tener claro desde el primer momento que la separación no puede ser un portazo literal a la relación. Si existen hijos en común, lo normal es que esa relación tenga que prolongarse en el tiempo. Habrá que tomar decisiones conjuntas, velando por el bienestar de los menores. En la mayoría de casos, la patria potestad es compartida; por lo que ninguno de los progenitores puede desentenderse de las responsabilidades que tienen que ver con ella.
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Diferencias entre patria potestad y guarda y custodia
Por un lado, patria potestad; por el otro, guarda y custodia. Ambos conceptos se pondrán sobre la mesa durante un proceso de divorcio. Es importante entender las diferencias entre ellos. "La patria potestad es el conjunto de derechos y obligaciones que tienen los progenitores con sus hijos e hijas en común. Regula todo lo relacionado con el bienestar, la salud y la educación de los hijos. Generalmente es compartida, salvo que se detecten problemas que justifiquen una privación de patria potestad", explica Miriam López Maqueda, abogada de familia.
La guarda y custodia, por otro lado, sirve para regular la convivencia con los progenitores. "Antes sólo existía guarda y custodia monoparental o exclusiva. Esto quiere decir que se asignaba la guarda y custodia a un solo progenitor. Hoy en día hay tantos tipos de custodia como colores hay en el mundo. Se trata de crear un modelo a medida para cada familia y para cada situación particular", indica Miriam López.
De este modo, aunque la guarda y custodia sea monoparental, ambos progenitores deberán mantener cierta comunicación para tratar los asuntos relacionados con la patria potestad. "Por ejemplo, un progenitor no puede cambiar de colegio a su hijo sin el consentimiento del otro", apunta la abogada. Así, debemos entender los acuerdos que se plasman en el convenio regulador de divorcio como un punto de partida. Por detallados que sean, siempre aparecerán cuestiones que pactar y decisiones que tomar en común.
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Tipos de guarda y custodia en un divorcio
La guarda y custodia es monoparental, cuando se atribuye a solo uno de los progenitores; o compartida, cuando se atribuye a ambos. Eso sí, que sea compartida no implica que el reparto de tiempo sea al 50%. En el caso de la guarda y custodia repartida o alterna sí ocurre esto. El tiempo se reparte a partes iguales por semanas, quincenas, meses, trimestres... incluso años alternos, si por ejemplo los progenitores viven en puntos geográficos muy distantes.
La diferencia fundamental entre la custodia monoparental y la compartida es que la primera siempre lleva aparejada una pensión de alimentos. El progenitor que no es custodio debe contribuir con una aportación destinada a gastos de alimentación, educación, vestido... En un caso de custodia compartida, puede existir esa pensión o regularse los gastos de otro modo, como a través de una cuenta común entre los progenitores. Si la custodia es repartida, al repartirse el tiempo al 50%, los progenitores pueden optar por prescindir de las medidas anteriores y tratar puntualmente los gastos extraordinarios que surjan.
"No hay que ser cerrados en los procesos de divorcio. No hay que dejarse llevar por los convenios tipo, los que están creados y se dan a la mayoría. Es importante ajustar al máximo. Se puede dar un valor legal a cada circunstancia", dice Miriam López. El curso «Separación responsable» es una guía imprescindible para gestionar el proceso desde la tranquilidad de conocer su fondo legal, así como las obligaciones y los derechos de cada parte.
Las lecciones dirigidas por la psicóloga Aurora Sastre Ubierna te servirán para explorar los aspectos emocionales de la separación. En los momentos más complicados, como el de comunicar a los niños la noticia del divorcio, es esencial disponer de recursos para conectar con ellos desde la calma, el respeto y la confianza.