La discriminación auditiva es uno de los requisitos esenciales para que un niño pueda avanzar en el proceso de lectoescritura. No se trata de que no tenga problemas auditivos, sino de que haya alcanzando el punto de madurez preciso para diferenciar adecuadamente los sonidos que escucha. La manera en que discrimine esos sonidos determinará, en primer lugar, su forma de pronunciar; y un poco más adelante, también su forma de escribir. Los adultos acompañantes debemos observar y prestar atención para percibir cómo progresa la discriminación auditiva de cada niño o niña a nuestro cargo. Además, existen materiales y actividades que podemos proponer para favorecerla, tanto en el aula como en el hogar.
Como sabes, la lectura y la escritura son metas que se alcanzan después de procesos muy complejos. Es importante que padres y educadores comprendamos qué hace el cerebro humano al leer y escribir. También debemos ser conscientes de que hay una serie de requisitos previos para completar con éxito este camino. Son los temas que aborda Laura Estremera en el curso «Lectoescritura». Durante 15 lecciones y 3 horas de vídeo en calidad 4K, esta educadora y psicomotricista nos presenta múltiples recursos para acompañar a los niños en este maravilloso recorrido.
Más información sobre el curso «Lectoescritura»
Comprender qué es la discriminación auditiva y su relación con la lectoescritura
Para entender qué es exactamente la discriminación auditiva basta con pensar en una situación convencional. Seguro que en más de una ocasión has escuchado que alguien te decía algo, pero sin llegar a captar sus palabras con exactitud. Los sonidos llegaron correctamente a ti, pero no lograste diferenciar palabras ni significados. Quizá te haya ocurrido algo parecido al tratar de mantener una conversación en una lengua distinta a la tuya. Aunque tengas un nivel decente de inglés o francés, es normal que tengas que hacer un pequeño esfuerzo para identificar cada vocablo que escuchas. En eso consiste la discriminación auditiva.
¿Sabías que un bebé, mucho antes de empezar a hablar, ya distingue los matices de su lengua materna? De este modo, su cerebro puede adaptarse progresivamente a esas peculiaridades, centrándose en esos rasgos característicos que poco a poco aprenderá. "Puede ocurrir que niños y niñas oigan, que no tengan problemas auditivos, pero no discriminen sonidos adecuadamente. Esa forma de discriminar está relacionada con el lenguaje y se plasma al escribir. Hay que discriminar sonidos para poder emitirlos después", explica Laura Estremera.
Como podrás imaginar, la discriminación auditiva está directamente relacionada con la maduración de las partes del cuerpo necesarias para pronunciar. Hablamos de los órganos bucofonatorios. Si tu hijo de 3 años pronuncia pego cuando quiere decir perro, es probable que todavía no esté preparado para pronunciar ese fonema. De cara al proceso de lectoescritura, lo idóneo es que sea capaz de discriminar y emitir antes de leer y escribir.
Más información sobre el curso «Montessori en el hogar»
Materiales y propuestas para favorecer la discriminación auditiva
En la pedagogía Montessori encontramos un material sencillo y eficaz para favorecer la discriminación auditiva en los niños. Son los cilindros de sonido. Puedes comprarlos en una tienda especializada o fabricarlos tú misma en casa. Sólo necesitas 6 u 8 recipientes iguales, por ejemplo tubos de plástico con tapa. Hay pastillas y caramelos que suelen venderse en esta clase de envases. Lo imprescindible es que sean opacos, de forma que no se pueda ver su contenido sin abrirlos; y que podamos pintar sus tapas de dos colores diferentes. Por ejemplo, 3 tapas verdes y 3 tapas rojas.
La idea es formar parejas. Dentro de dos cilindros, uno con tapa verde y otro con tapa roja, podemos meter diez granos de arroz. En otros dos introduciremos tres imperdibles. Y en otros dos, un par de bolas de madera. De este modo, al agitar los cilindros se producirán sonidos distintos, que permitirán al niño formar las parejas de iguales. Es importante añadir un control de error. Por ejemplo, podemos marcar con una X en la parte inferior los cilindros rellenos de arroz. Cada uno tendrá la tapa de un color diferente, pero observando su base sabremos si hemos formado correctamente la pareja. Si todas las tapas fuesen iguales, o cada una de un color distinto, multiplicaríamos las posibilidades de combinaciones. Usando dos colores el abanico se reduce: para cada cilindro sólo habrá 3 o 4 parejas posibles, aquellos que tienen la tapa de un color diferente.
Laura Estremera nos habla de otros recursos para trabajar la discriminación auditiva, como los bingos, las grabaciones de sonidos o los instrumentos musicales. Si quieres saber más sobre pedagogía Montessori, matricúlate ahora en el curso «Montessori en el hogar», guiado por Bei M. Muñoz.