El día 27 de noviembre se celebra en España el Día del Maestro. Una fecha elegida en honor a San José de Calasanz, pedagogo y reconocido pionero de la educación moderna. Y por supuesto, una fecha muy importante por todo lo que significa. Porque es un día para reconocer y agradecer el trabajo de nuestros docentes, no siempre valorado con justicia. Junto a los padres y el resto de la familia, son ellos quienes acompañan y ofrecen educación a niños y niñas durante gran parte de sus vidas. Podemos decir que son los maestros quienes cuidan y aseguran nuestro futuro.
No hay mejor día que éste para repasar las reflexiones de una referencia fundamental para cualquier educador: María Montessori. La italiana dedicó esfuerzos y páginas a brindar orientación a los maestros. Examinó en profundidad la profesión y buscó estrategias para ayudar a los docentes en su tarea. Como sabes, muchas de sus enseñanzas también podemos recogerlas y aplicarlas los padres. En Escuela Bitácoras dispones del curso «Montessori en el hogar», guiado por Bei M. Muñoz, con el que descubrirás los principios esenciales de su modelo.
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1. ¿Cuál es la misión del maestro?
"La misión del maestro es, en primer lugar, nutrir y asistir. Para observar, alentar, guiar o inducir, antes que interferir, prescribir o restringir".
El de los educadores es un trabajo complejo. No consiste en hacer una única cosa, sino en armonizar un sinfín de detalles. Por eso es tan importante que los docentes tengan claros cuáles son los principios que deben guiar sus acciones. María Montessori no tenía dudas al respecto. Se trata de acompañar a los niños, de aprovechar su energía, su creatividad y su inteligencia natural; y de no interferir más allá de lo imprescindible.
2. El secreto para ser una gran profesora
"El secreto para ser buen maestro es ver la inteligencia del niño como un campo fértil, en el que pueden sembrarse semillas que crecerán al calor de la ardiente imaginación".
La "ardiente imaginación". Eso es lo que hace que florezca ese campo fértil que es la inteligencia de los niños, según María Montessori. La labor de los docentes consiste en colocar las semillas apropiadas en el lugar y el momento adecuados. No es un trabajo irrelevante, todo lo contrario. Pero la italiana siempre insistió en que los docentes son los primeros que deben comprender que lo primordial no son los contenidos que ofrecen a los niños, sino ese potencial que aguarda dentro de ellos.
3. Si quieres ser maestro, prepara tu espíritu
"La preparación de un maestro es mucho más que aprender ideas. Incluye el entrenamiento de la personalidad. Es la preparación del espíritu".
Enlazamos aquí con lo que comentábamos sobre la cita anterior. No basta con las lecciones, con las asignaturas, con los conocimientos que queremos y debemos transmitir a nuestros peques. Hace falta algo más, algo que forma parte del ser y que impregna cada palabra y cada acción. Es un aspecto en el que suelen hacer hincapié las pedagogías activas, como Waldorf o Reggio Emilia.
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4. El verdadero maestro sabe guiar sin interrumpir
"Es necesario que el maestro guíe al niño sin dejar que sienta su presencia demasiado. Así siempre estará preparado para ofrecer ayuda si se le requiere, pero nunca será un obstáculo entre el niño y su experiencia".
El docente debe ser un observador en el sentido más profundo de la palabra. Debe mirar, escuchar, acompañar, estar presente... Pero como nos explica María Montessori, su presencia debe ser consciente y silenciosa al mismo tiempo. Porque es imprescindible confiar en la capacidad y la autonomía de los niños, permitir que descubran a su ritmo y se maravillen; sin que esto signifique, como es evidente, negarles una ayuda cuando sea necesario. En ese difícil y delicado equilibrio reside la clave a la que alude la maestra de maestros.
5. Cómo saber si lo estás haciendo bien como maestro
"El mejor indicio de éxito para un profesor es poder decir, "niños y niñas están trabajando ahora como si yo no existiese".
Para Montessori, cuando la educadora guía y acompaña con eficacia, sobran las órdenes y las prescripciones. El trabajo surge a partir de los intereses de los niños. Por supuesto, dentro de un ambiente preparado cuya disposición es responsabilidad del docente. Es uno de los aspectos en los que ahonda Bei M. Muñoz en el curso «Montessori en el hogar».
6. No olvidemos la importancia de ofrecer libertad a los niños
"Debemos comprender que cuando ofrecemos libertad e independencia a un niño, estamos dando libertad a un trabajador preparado para la acción, que no puede vivir sin trabajar y ser activo".
En la cita anterior mencionábamos el trabajo, ahora hablamos de los niños como trabajadores... ¿a qué nos referimos con estos términos? No debemos entender 'trabajo' como simples imposiciones del docente. Por ejemplo en la educación infantil, hasta los 6 años, ese trabajo está íntima y directamente vinculado al juego. Porque, como nos recuerda Francesco Tonucci, otro extraordinario maestro de maestros, "el juego es el trabajo de la infancia".