A estas alturas seguro que has leído y escuchado un montón de consejos de las autoridades sanitarias sobre el COVID-19. Merece la pena que se repitan y se repasen a diario, porque erradicar el virus es tarea de todos y cada pequeño gesto cuenta. Pero los días de reclusión en casa se hacen largos; y en cada hogar, además de la gran cuestión sanitaria, tenemos que enfrentarnos a pequeños y grandes desafíos familiares. No hemos recibido tanta información sobre cuidados de nuestra salud psicológica y emocional en la cuarentena. Y es un aspecto esencial, especialmente cuando hay niños implicados. No sólo se trata de quedarnos en casa: también hablamos de estar seguros, tranquilos y felices en casa. De impedir que el coronavirus afecte a los vínculos.
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Cómo hablar sobre la crisis del coronavirus con los niños
La gravedad de la situación no debe hacernos olvidar las necesidades en la infancia. Pongámonos en la piel de los niños. De un día para otro, han dejado de ir al cole, de jugar con sus amigos, de visitar a sus tíos y abuelos... Su mundo y sus rutinas han cambiado de repente. Además, mamá y papá parecen preocupados. Y aunque los adultos a veces creamos (o escojamos creer) que los peques no se dan cuenta, ellos lo perciben todo. Son magníficos observadores. Lo que no se les da tan bien es interpretar lo que perciben; y es en ese proceso en el que más necesitan nuestro apoyo.
El miedo y la inquietud pueden llevarnos a caer en la tentación de engañarles. De aparentar normalidad, hacer como si no pasara nada, crear una burbuja para protegerles. Esto no hará más que generar contradicciones: los cambios que observan a su alrededor les recordarán constantemente que sí pasa algo. Por no decir que, en circunstancias de estrés y tensión, es muy difícil sostener un 'teatrillo' durante varias semanas. Pocos tienen el talento y el aguante de Guido Orefice en La vida es bella.
Es momento de ofrecerles explicaciones. De buscar la calma para contarles por qué no pueden ir al cole, por qué hay tanta gente en los supermercados, por qué insistimos en las medidas de higiene. Y además, para validar emociones. Las nuestras, admitiendo que estamos preocupados y compartiendo por qué; y las suyas, interesándonos por cómo viven y sienten estos días extraños. Por supuesto, tendremos que adecuar el discurso a la madurez de cada niño. Pero siempre partiendo de que el miedo, la preocupación y la inquietud no son sentimientos que tengamos que reprimir u ocultar. Cuidemos los vínculos desde la sinceridad.
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Cuidados en el día a día durante la crisis del coronavirus
Te recomendamos leer el post Coronavirus y niños, que nuestra profesora Lucía Galán ha publicado en su blog. En el texto, la pediatra comparte mucha información sobre contagio, síntomas, prevención, medidas de higiene y factores de riesgo en los más pequeños. Como podrás ver, también Lucía da una especial importancia a la comunicación tranquila. "Házselo fácil, mantén la calma. Papás y mamás tranquilos, niños tranquilos, que es lo que necesitan en estos momentos", subraya la doctora.
También queremos compartir este breve vídeo publicado por José Luis García Morales, fisioterapeuta pediátrico y profesor del curso «Fisioterapia respiratoria en casa». En él habla del virus COVID-19 y su relación con la respiración, nos cuenta cómo puede afectarnos a nivel pulmonar y nos propone ejercicios para combatir las molestias.
Y recuerda: concede a los cuidados emocionales y afectivos la importancia que tienen. Aprovecha el tiempo de confinamiento para leer cuentos y poesía, para jugar con tus hijos, para cantar y bailar, para disfrazaros, para ver películas. Ahora que quizás no hay prisas ni horarios tan exigentes, baja la guardia. Deja que decidan a qué jugar, que tengan libertad para ser y expresarse. Entra en su mundo sin juzgar. Conecta. Si tienen deberes del cole, ni abandono ni obsesión. Porque el curso académico es importante, pero de nada valdrá aprobar todo si pasan estas semanas encogidos por el estrés.
¡Cuidémonos!