El verano 2020 será distinto a cualquier otro. Las restricciones impuestas por la crisis del coronavirus afectarán a casi todas las actividades de las que acostumbrábamos a disfrutar en esta época del año. Entre ellas, los refrescantes baños en las piscinas. Aunque el Ministerio de Sanidad de España publicó el 14 de mayo un documento con Recomendaciones para la apertura de la actividad en las piscinas tras la crisis del COVID-19, las peculiaridades de cada instalación hacen que cada caso sea un mundo. Todavía queda incertidumbre que despejar y dudas que resolver durante las próximas semanas.
Si eres mamá o papá de un bebé de pocos meses, es posible que esperases con ganas la llegada del calor para comenzar a disfrutar en el agua con tu hijo. Ojalá tengas la oportunidad de hacerlo en condiciones de seguridad. Lo cierto es que, cuando nace un bebé, son muchos los padres que piensan en habituarle a estar en el agua y nadar desde muy pequeños. Todos conocemos los beneficios de estas actividades. Sin embargo, conviene entender que una cosa es sentirnos bien en el agua y otra completamente distinta aprender a nadar. Es muy importante que demos el primer paso antes de buscar el segundo.
Más información sobre el curso «Cómo apasionar a los niños por el agua»
Mimando el vínculo afectivo con tu bebé en el agua
¿Sabes cuál es la diferencia más importante entre jugar con tu bebé en tierra firme y jugar juntos en el agua? Noemí Suriol nos la explica en el curso «Cómo apasionar a los niños por el agua». Cuando estamos en la piscina no suenan teléfonos, no hay pantallas ni nada que nos distraiga de la conexión con el bebé. Hay intimidad en el sentido más amplio y profundo de la palabra. "Es un encuentro de tú a tú, un lugar maravilloso para desarrollar vínculos y comunicarnos", apunta Noemí.
Después de más de cuarenta años acompañando a familias en su actividad acuática, nuestra profesora tiene claro que "la mirada del adulto es el flotador más importante para un bebé". La actitud del acompañante influye de forma decisiva en el modo en que el bebé se desenvuelve en el agua. Confianza, seguridad, cariño, prudencia... con tu manera de actuar y de comunicarte en el agua puedes contribuir a que tu hijo crezca, poco a poco, en todos estos aspectos. No sólo es una base sólida para aprender a nadar más adelante, llegado el momento; sino que también es un fundamento esencial para que ambos disfrutéis juntos en la piscina.
Para tener siempre presentes las cuestiones emocionales, Noemí Suriol nos propone una norma sencilla: la regla PPRR. Son las siglas de "pensamiento positivo, respira y relájate". No son pocos los padres que se desesperan y tiran la toalla al ver que a su bebé le lleva cierto tiempo sentirse cómodo en el agua. Que un niño llore en sus primeros baños no significa que nunca vaya a poder disfrutar. Lo que sí puede complicar su adaptación es sentir que su mamá está tensa, tiene miedo o ha perdido la paciencia.
Más información sobre el curso «Claves para criar desde el apego seguro»
La evolución del bebé en el agua durante los 3 primeros años de vida
Este acompañamiento emocional no es sencillo. Entre otras cosas, porque no es uniforme: exige una observación atenta, que nos permita reaccionar a los cambios del bebé a medida que crece. "De los 0 a los 3 años, cada verano es diferente", advierte Noemí. Es posible, por ejemplo, que un bebé que solía pasarlo en grande en el agua comience a sentirse inseguro y prefiera estar todo el tiempo agarrado al adulto. No es un paso atrás, sino que tal vez esté tomando conciencia de las dificultades de moverse en el medio acuático. "Cada cambio es un paso adelante", subraya nuestra profesora.
Cuando tu bebé se lance a caminar y gane autonomía, puede que las precauciones necesarias en la piscina le generen rechazo por un tiempo. También es posible que no sienta la misma seguridad o las mismas ganas de jugar en una piscina nueva que en la que conoce mejor. Puede suceder que un día decida pasar un rato fuera del agua, observando; o que nos bañemos en un horario al que no está acostumbrado y ese cambio no le convenza. Aspectos como las rutinas, el respeto a los tiempos del niño, la atención a sus necesidades... son cruciales en el acompañamiento emocional en el agua.
En todos ellos se detiene Noemí Suriol en el curso «Cómo apasionar a los niños por el agua». Una guía en diez lecciones y 3 horas de vídeo en calidad 4K que te mostrará cómo compartir experiencias acuáticas con tu bebé desde sus primeras semanas de vida. Con seguridad, cuidando vínculos y, sobre todo, disfrutando juntos.
"Si tu hijo llora, cálmalo y no te ocupes de nada más.
Cuando se enfade, conquístalo y no te ocupes de nada más.
Si está tranquilo, divertiros y no os ocupéis de nada más.
Reid y aprended juntos en el agua".Noemí Suriol - «Cómo apasionar a los niños por el agua»