Los procesos que llevan a los niños a desarrollar sus habilidades de comunicación son variados y complejos. Durante los primeros años de vida adquieren múltiples herramientas para transmitir ideas, emociones y deseos, así como para entender lo que sucede a su alrededor. Entre las etapas que atraviesan hay una que seguro te resulta familiar. Es esa en que los bebés comienzan a señalar prácticamente cualquier cosa que ven en su entorno. Una silla, un vaso, un juguete... La reacción del adulto es instintiva: nombramos enseguida ese objeto al que apuntan. Pero, ¿responde la actitud del bebé a un interés por las palabras?
Tiene cierto sentido pensar de este modo, porque esta actitud suele aparecer alrededor de los 12 meses de edad. Muchos niños y niñas silabean en ese momento, incluso pueden ser capaces a su manera de referirse a cosas y personas concretas (mamá, papá, teta, bibe...). Pero cuando empiezan a señalar de forma casi sistemática están desarrollando una capacidad especial e importante: la atención compartida. María José Mas, médico especialista en Pediatría y Neuropediatría, nos lo explica en el curso «El Neurodesarrollo. ¿Cómo saber que todo va bien?».

Más información sobre el curso «El Neurodesarrollo: ¿cómo saber que todo va bien?»
La mirada como recurso de comunicación
La mirada es la primera herramienta de comunicación de los seres humanos. En sus primeros meses de vida, los bebés consiguen primero fijarla y después conectar con otros a través de ella. Más adelante aparece la sonrisa, cuando su sentido de la vista se desarrolla lo suficiente para percibir y diferenciar que tienen una persona delante. Puede llevarles hasta cinco o seis años alcanzar una agudeza visual óptima; hablamos por tanto de un sentido que se desarrolla con relativa lentitud.
¿Has reparado alguna vez en que el ojo humano tiene un 'blanco' proporcionalmente mucho mayor al de otros mamíferos? El iris animal ocupa casi toda la zona visible del globo ocular. Pero el ojo humano no sólo sirve para mirar, sino que gracias a ese gran 'blanco' también podemos ver hacia dónde dirigen su mirada los demás. Esto multiplica las posibilidades de comunicación no verbal. ¿Cuántas veces has intuido lo que piensa o lo que siente alguien cercano, tan solo observando su mirada?
Como podrás suponer, el bebé que señala un objeto está desarrollando su capacidad de atención compartida. No basta con que miremos hacia lo que apunta y digamos su nombre. Hay atención compartida si miramos ese objeto, compartiendo el interés que expresa el niño; y luego volvemos la mirada de nuevo hacia él. Si adulto y bebé se miran mutuamente tras observar el objeto de interés, significa que también el peque entiende lo que sucede. Sabe que tú has captado lo que él pretendía transmitirte.

Más información sobre el curso «Acompañamiento emocional»
La atención compartida y su importancia en el neurodesarrollo de los niños
Leyendo lo anterior, quizá lo hayas pensado... y estás en lo cierto. Desarrollar la atención compartida requiere tiempo; de hecho, en cierto modo nunca dejamos de hacerlo. Pero en términos generales, el desarrollo fundamental de esta capacidad se completa hacia los 18 meses, cuando el niño comprende qué mira otra persona observando hacia dónde está dirigiendo su mirada. Como siempre subrayamos, la edad es orientativa; y que un bebé lo haga antes o después no es necesariamente significativo.
En cualquier caso, es importante seguir el desarrollo de la atención compartida dentro del neurodesarrollo de los niños. La teoría de la mente, el lenguaje y las habilidades sociales son aspectos vinculados a esta capacidad. Su ausencia puede alertarnos sobre un problema; siendo interesante, por ejemplo, para la detección precoz de autismo.
Con el curso «El Neurodesarrollo. ¿Cómo saber que todo va bien?» obtendrás herramientas para observar y entender el neurodesarrollo de tus hijos. El tiempo es un factor clave cuando existe alguna dificultad; y el conocimiento es lo que nos permite detectarlas y acudir cuanto antes a la consulta de un profesional. La profesora del curso es María José Mas, médico especialista en Pediatría y Neuropediatría, con máster en Neurociencia y Biología del Comportamiento. A lo largo de 10 lecciones te brindará las pautas básicas para que puedas seguir con tranquilidad y confianza el desarrollo de tu bebé.