La mayoría de los padres consideran importante ofrecer a sus hijos una educación sexual. Sin embargo, numerosas investigaciones demuestran que tenemos verdaderas dificultades para llevar esa convicción a la práctica. La falta de confianza, la vergüenza, los temores infundados, las dudas sobre la edad idónea para tratar ciertos temas... son algunos de los motivos habituales para eludir estas conversaciones. En términos generales, podríamos decir que muchos adultos creen que les faltan recursos para hablar sobre sexo con sus hijos. No se sienten seguros y prefieren posponer, en ocasiones indefinidamente, esas charlas que al mismo tiempo consideran tan necesarias.
En el fondo, es lógico. Muchos de nosotros crecimos con ese tabú, sin que nuestros propios padres nos hablasen de ello, de manera que no disponemos de un referente próximo para abordarlo. Por eso la psicóloga Blanca Torres nos ofrece información y herramientas prácticas en el curso «Sexualidad en la infancia». Porque tarde o temprano, los niños hacen preguntas sobre sexo; y es fundamental estar preparados para recibirlas incluso si desconocemos las respuestas. "Se trata de asentar una base sólida escuchando sus preguntas sin juzgar, intentando responder con naturalidad, para que siempre tengan confianza para preguntarnos", explica Blanca.
Crear esos cimientos de confianza es esencial. Si no lo hacemos desde esa primera infancia en que preguntan todo lo que se les ocurre, será un poco más complicado conseguirlo entre los 7 y los 11 años, cuando suelen aparecer los pudores.

Más información sobre el curso «Sexualidad en la infancia»

Niños y niñas de 7 a 11 años y preguntas sobre sexualidad
La mayor parte de los peques tarda en tener 'filtros' a la hora de formular preguntas. Es tan frecuente como natural que una niña de 4 años plantee sin reparos sus dudas e inquietudes acerca de los genitales, por ejemplo. Sin embargo, entre los 7 y los 11 años aparecen vergüenzas e incluso temores, en ocasiones derivados de conceptos mal comprendidos en etapas anteriores. Sea como sea, es común que la cantidad de preguntas se reduzca durante esta época.
"Es un momento de la vida en que las categorías de los niños aumentan. Ven cada vez más cosas, conocen más mundo. Y está genial... si no hay prejuicios", apunta Blanca Torres. Aunque mamás y papás tengamos especial cuidado en no fomentar los prejuicios, a estas edades el entorno de los niños es cada vez más amplio. Los amigos son más importantes para ellos, comparten colegio con chavales de edades superiores, tienen acceso a películas y series... Es sencillo que puedan adoptar la idea de que algo está mal o es raro aunque no seamos nosotros quienes se la inculquemos.
Para Torres, muchas de las cuestiones que asaltan a niños y niñas de esta edad pueden repartirse en tres grandes áreas. Por una parte, aspectos emocionales de las relaciones. También despiertan su curiosidad temas relacionados con las prácticas sexuales, porque empiezan a intuir que son algo complejo. Por otro lado, toman conciencia de que hay distintos modelos de familia y relaciones interpersonales.

Más información sobre el curso «Adolescentes. Cómo comunicarnos con ellos»

Hablar sobre homosexualidad, transexualidad y transgénero con niños y niñas
Como podrás imaginar, la diversidad sexual suele activar el interés de los más pequeños. Son temas especialmente delicados, que muchas familias no saben cómo manejar. Sin embargo, la psicóloga Blanca Torres considera importante ponerlos sobre la mesa. "Si entre los 7 y los 11 años no han preguntado sobre ello, yo recomiendo introducirlo para normalizarlo antes de que surjan los prejuicios y las extrañezas", expone. Es posible que suponga un esfuerzo especial para los padres, pero es la única forma de educarles en el respeto.
Además, conviene ser conscientes de nuestra responsabilidad a la hora de manifestarnos sobre estos aspectos. Por ejemplo, con los comentarios que podamos hacer ante una situación de diversidad, como una película en la que aparezcan parejas homosexuales. "No sabemos la tendencia que puede tener cada niño o niña en el futuro. Con un juicio podemos coartar su capacidad de expresión, su libertad, su expresividad, su autoestima y hasta su confianza en nosotros", apunta Blanca.
Algunas mamás y papás cometen el error de esperar a la adolescencia para hablar sobre sexo con sus hijos. Llegado ese momento, la puerta puede estar cerrada y los prejuicios formados. Lo ideal es comenzar antes, escuchando sus preguntas y ofreciendo respuestas; sin avergonzarnos por buscar junto a ellos información sobre algo que no tengamos claro. En el curso «Sexualidad en la infancia» también encontrarás abundantes recomendaciones bibliográficas, para tener libros y manuales de referencia de acuerdo con las edades de tus hijos.