"Cómo dejar el pañal en 3 días", "cómo dejar el pañal rápido", "qué hacer si un niño no quiere sentarse en el orinal"... son tan solo tres ejemplos, pero podríamos seguir hasta completar una extensa lista. Son ejemplos de búsquedas muy habituales en Internet. Como podrás imaginar, se trata de consultas realizadas por madres y padres preocupados, que consideran que ha llegado la hora de que sus hijos dejen de usar pañales. Es muy común que los adultos pensemos que existen momentos y fechas concretas para dar ese paso. Algunos piensan que el pañal debe abandonarse alrededor de los dos años de edad. También son muchos los que creen que el verano es la mejor época para hacerlo.
Durante la primera infancia, familias y profesionales hablamos mucho de la importancia del respeto a los ritmos naturales de niños y niñas. Los adultos no intentamos decidir qué día empieza a caminar un bebé, ni cuándo es adecuado que pronuncie sus primeras palabras. Simplemente tratamos de acompañarles haciendo lo posible por aportarles seguridad y tranquilidad en estos procesos. No solemos alarmarnos si la hermana mayor dio sus primeros pasos con 14 meses y su hermano pequeño, con 16 cumplidos, aún no lo ha hecho.
Entonces, ¿por qué creemos que sí es conveniente que tomemos decisiones sobre otro proceso madurativo, el control de esfínteres? "Estamos hablando de algo muy íntimo, de su cuerpo", explica Romina Pérez Toldi en el curso «Control de esfínteres respetuoso», "estamos hablando de conciencia corporal".
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¿Quién controla el control de esfínteres?
Marcar una fecha para retirar los pañales supone tomar el mando del proceso de control de esfínteres. En consecuencia, cuando un adulto actúa de este modo está dejando de respetar los ritmos del niño o niña en cuestión. Sin embargo, no suele ser consciente de las implicaciones y la importancia de esta clase de decisiones. Romina Pérez Toldi nos recuerda las conclusiones de Judit Falk y Maria Vincze, que investigaron en profundidad esta cuestión.
"Puede tener un precio muy alto que el adulto, independientemente del deseo e interés del niño, le exija que haga sus necesidades en el orinal, desde la edad en su opinión apropiada y en los momentos que él determine. Con ello, priva al niño de conocer por sí mismo lo que ocurre con su cuerpo y de tomar conciencia de su capacidad de control voluntario de sus esfínteres, a su nivel de madurez neuromuscular, psicomotriz y psicosocial [...] No es el niño, sino el adulto, quien controla los esfínteres".
Así, desde el punto de vista de padres y acompañantes, lo primero es cambiar la forma en que entendemos el control de esfínteres. Porque, aunque no nos corresponde elegir el momento, sí tenemos un rol relevante. "Vamos a abordar un proceso sin fechas. No nos vamos a marcar un calendario, no hay fechas mejores que otras, ni épocas preferentes, ni hay que hacerlo cuando llega el verano. Es el niño quien decide cuándo dejar el pañal y quien controla el proceso", propone Pérez Toldi.
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Cómo acompañar el proceso de control de esfínteres desde el respeto
Por supuesto, respetar los ritmos del infante no significa desentendernos y dejar que hagan lo que quieran, como quieran y cuando quieran. "El papel del adulto es importante, pero lo es de una manera distinta a la que estamos acostumbrados", apunta Romina en el curso «Control de esfínteres respetuoso». Nuestra misión es ofrecerles confianza, ayudarles a construir la seguridad desde la que podrán expresarse y tomar decisiones. "El adulto acompañante debe escuchar y conocer a ese niño, desear sinceramente que sea él quien controle el proceso", añade la pedagoga.
Cuando un niño deja de usar pañales siguiendo los tiempos marcados por un adulto es frecuente que aparezcan problemas y conflictos. Algunos niños llegan a negarse a sentarse en el váter o el orinal. Otros pasan largo tiempo sentados por obligación, sin llegar a hacer allí sus necesidades. Las luchas y la tensión son enemigas de la confianza que necesitan para afrontar esta etapa. Por el contrario, cuando aprendemos a dejar que sean los niños quienes controlen el proceso, este "es más alegre y plácido; y sirve para afianzar la relación de confianza íntima entre los adultos y ellos".
Con el curso «Control de esfínteres respetuoso» descubrirás que el proceso de abandonar los pañales puede ser una magnífica oportunidad para conocer mejor a tu hijo. Tarde o temprano, todos los niños sanos se acostumbran a ir solos al servicio. Por eso lo que verdaderamente importa no es que lo hagan cuanto antes, sino que completen esta etapa sintiéndose escuchados, queridos y unidos a sus madres y/o cuidadores.