La Navidad ya está aquí. Comienza la sucesión de comidas y cenas de trabajo, de amigos y familiares. Pronto los más pequeños de la casa estarán de vacaciones y podrán participar en muchos de esos eventos. El inconveniente surge cuando las oportunidades de consumir alimentos poco saludables se multiplican ante sus ojos. Los adultos no somos el mejor ejemplo, porque la costumbre de preparar menús copiosos en estas fechas está muy extendida. Sin embargo, introduciendo pequeños cambios es posible conseguir una Navidad más sana. Lo agradecerá toda la familia, pero en especial los niños. No es imprescindible cambiar todas sus rutinas, ni invitarles a pensar que las fiestas son una barra libre de alimentos superfluos.
Replantéate los menús navideños
Las tradiciones no son incompatibles con el equilibrio alimentario. Repasa el menú de Nochebuena con sentido crítico y examina las alternativas saludables. Los entrantes y las guarniciones son ocasiones perfectas para aumentar la presencia de verduras. Tus postres no dejarán de ser deliciosos si los preparas a base de fruta fresca. Existen muchas maneras de ofrecer estos alimentos a los niños de forma atractiva. En el curso «Alimentación infantil 12-36 meses», Sara Traver hace algunas propuestas: desde 'chips' de legumbres a modo de snack hasta originales brochetas de fruta para culminar la comida. La lección 13 está íntegramente dedicada a la alimentación en cumpleaños y otras celebraciones.

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Es una buena época para probar nuevos alimentos... pero con precauciones
En Navidad preparamos comidas distintas, platos que no solemos cocinar durante el resto del año. La familia entera se sienta a la mesa para degustarlos. El contexto es ideal para que los más pequeños se animen a probar cosas nuevas. Es fundamental no dejar de lado las recomendaciones profesionales para determinadas edades. Para un niño de 2 años, por ejemplo, consumir ostras o un pescado poco hecho no es lo más apropiado. Las tradicionales uvas de Nochevieja también son habituales causantes de accidentes y sustos entre la población infantil. En cursos como «BLW. Alimentación complementaria autorregulada» o «BLW. De la teoría a la práctica» encontrarás información actualizada sobre los momentos adecuados para introducir cada alimento.
Controla los dulces y los alimentos superfluos
Vale la pena pensar un segundo antes de introducir cada producto en nuestro carrito de la compra. Chocolate, polvorones, turrón, roscones, mantecados... ¿realmente necesitamos esa cantidad y variedad de dulces? En ocasiones, los niños adquieren en Navidad hábitos de alimentación que tienden a mantener después. Quizá no puedas evitar que los abuelos llenen su armario de turrones y demás, pero sí puedes controlar lo que entra en casa. El ejemplo siempre es la mejor manera de moldear costumbres sanas. En el curso «Cómo hacer una compra saludable», Miguel Ángel Lurueña demuestra que comprar y comer de forma consciente es más sencillo de lo que parece. No conviertas la Navidad en un paréntesis en la educación nutricional de tus hijos.
Las vacaciones no tienen por qué afectar a los horarios de los niños
La Navidad está llena de novedades para los niños. Tienen más tiempo libre y lo aprovechan para estar con sus familiares, incluso con algunos que no ven durante el resto del año. Hay muchos momentos especiales y es natural que se acuesten más tarde en días determinados. Con todo, conviene hacer un esfuerzo por no desviarles en exceso de sus horarios. La rutina regresará pronto, en la segunda semana de enero, y no hay necesidad de ponérselo más difícil de la cuenta. Mantener el esquema de una jornada normal hará que la adaptación posterior resulte más tranquila, natural y sencilla.

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Navidad no implica sedentarismo
Los niños no van a la escuela. Papás y mamás pueden tener algunos días libres. ¿Nos quedamos en casa las 24 horas del día? ¿Por qué no aprovechar el tiempo de forma activa? Excursiones, actividades deportivas, visitas, manualidades... A veces hacemos de la Navidad una época propicia para el sedentarismo, desperdiciando un tiempo precioso para fomentar un estilo de vida saludable. Anímate a moverte y pasarlo bien en compañía de los que más quieres.
¡No todo es comer y consumir!
Si nos dejamos llevar, la Navidad puede acabar siendo una cadena de atracones. Atracones de comida, pero también atracones de consumismo. Tal como recuerda Sara Traver en el curso «Alimentación infantil 12-36 meses», es mucho más importante fabricar buenos recuerdos junto a los niños. No les enseñemos que en estas fiestas todo gira alrededor de la comida o los obsequios. Evita pasar la Navidad encerrado en tiendas y superficies comerciales. Los regalos Waldorf DIY son una maravillosa alternativa a las compras desmedidas y los juguetes poco educativos.