En la Escuela Bitácoras hemos decidido celebrar el Día del Padre durante toda una semana. Además de aplicar importantes descuentos a nuestros cursos, estos días publicaremos en nuestro blog algunos posts dedicados a los papás. Ayer os contamos 4 historias inspiradoras de padres ejemplares y hoy queremos centrarnos en su rol durante la gestación. Por supuesto, hay modelos de familia que no incluyen esa figura paterna. Pero cuando sí está presente, es fundamental que comprenda que su paternidad no comienza con el parto, sino con el embarazo.
El concepto generalizado de embarazo sitúa el foco sobre los cambios físicos relacionados con este proceso. Lo hacen incluso los profesionales sanitarios, pendientes de que todo vaya bien durante esas cuarenta semanas. Como es evidente, es la mamá quien experimenta esas transformaciones; pero el embarazo va más allá de lo que sucede en el útero femenino. Así es como alcanza y afecta también al padre: a través de los desafíos psicológicos y emocionales que conlleva.
Implicarse es vincularse
Es normal que un papá inexperto albergue temores ante la llegada del bebé. Ningún novato se siente seguro de estar preparado para ofrecer a su hijo todas las atenciones que demandará. La implicación activa en el embarazo, entenderlo como un proceso en el que el padre tiene responsabilidades y un papel que desempeñar, es la mejor manera de adquirir seguridad y confianza de cara a los cambios que se avecinan. Además, que afronte junto a la madre cada paso del camino sirve para afianzar unos importantes cimientos. La compenetración entre los padres es un aspecto clave en la crianza y la educación de los niños. El cuidado de un hijo exige una sintonía específica, evolucionar en el entendimiento y la comunicación como pareja.
Compartir los sentimientos que aparecen durante las semanas de embarazo y estar disponible para escuchar los del otro es una forma sencilla y eficaz de cuidar el vínculo. Por otra parte, es positivo que el papá esté informado sobre cómo pueden afectar a la mujer los cambios físicos y hormonales que experimenta durante esta etapa. El conocimiento siempre fomenta la comprensión y la empatía. También es deseable que el padre esté presente en las visitas y pruebas médicas que el embarazo implica. Le ayuda a asumir su paternidad, a involucrarse y a sentirse parte valiosa de lo que está ocurriendo. A menudo, la mujer puede ir al hospital sola y por sus propios medios; pero es natural que aprecien ese apoyo en momentos que suelen generar preocupación o nervios.
Conectar con el bebé durante el embarazo
Después de crecer en el útero durante varios meses, los bebés generan lazos únicos con sus madres. Sin embargo, esto no quiere decir que sólo ellas puedan crear vínculos en el embarazo. Un estudio de la Universidad de Helsinki probó que los recién nacidos reconocen las canciones que escuchan con frecuencia en el último trimestre de gestación. Identifican con facilidad la voz de su madre, que es la primera que perciben; pero también distinguen otras que les lleguen habitualmente. Por eso, hablar y cantar al pequeño durante el embarazo no es sólo una idea hermosa. También es práctica y efectiva.
En el curso «Música en la primera infancia», Raquel Musa explica cómo aprovechar todo el potencial de esta herramienta en la gestación. Una de sus propuestas consiste en crear una canción especial para el bebé. Una melodía compuesta o elegida para él, que sirva para acompañarle mientras madura en el vientre y posteriormente en su infancia. Si el papá la canta de vez en cuando, podrá acostumbrarse a esa voz y diferenciarla al nacer. Esto puede ser muy interesante si, por cualquier motivo, madre e hijo no pueden hacer contacto piel con piel tras el parto. Los vínculos que se establezcan serán más fuertes si el padre se ha implicado al máximo durante el embarazo.

Más información sobre el curso «Cuidados de la mujer en el embarazo y el postparto»
Prepararse para el postparto
Un error habitual a la hora de gestionar un embarazo es olvidar lo que ocurre después del parto. La normalidad no se reinstaura por arte de magia tras el nacimiento. La mujer se enfrenta a un periodo difícil, repleto de cambios para los que no siempre se ha preparado. Su cuerpo necesitará tiempo para recuperarse; y debido a la revolución hormonal experimentada, su estado de ánimo será considerablemente lábil en las semanas posteriores al parto. "El 'baby blues' o tristeza postparto afecta a entre un 80 y un 85% de mujeres", advierte Sara Cañamero en el curso «Cuidados de la mujer en el embarazo y el postparto».
Es fundamental que madre y padre estén al tanto de las peculiaridades de esta etapa. Las primeras semanas del bebé en el hogar están marcadas por el cansancio, la falta de sueño y la inseguridad ante las nuevas responsabilidades. No es complicado que todas estas novedades desaten la irascibilidad. Información, comunicación y empatía son armas poderosas para atravesar la tormenta y encontrar un modelo equilibrado desde el que disfrutar de la presencia de un nuevo miembro en la familia. En ese contexto, son muchas las cosas que el papá puede hacer, permitiendo que la madre se centre en su recuperación y en las atenciones que sólo ella puede ofrecer al bebé. El curso «Cuidados de la mujer en el embarazo y el postparto» es una eficaz manera de prepararse en pareja para los primeros meses de una nueva vida.