Aunque la anquiloglosia es un trastorno congénito cada vez más frecuente en bebés recién nacidos, es posible que no sepas qué quiere decir este término. Su significado literal es "lengua anclada o atada". Hablamos de anquiloglosia cuando un bebé presenta un frenillo lingual anormalmente corto. Esto provoca que la lengua permanezca sujeta al suelo de la boca y que el pequeño no sea capaz de realizar los movimientos precisos para mamar con eficacia. Las dificultades relacionadas con la lactancia pueden ser una de las primeras señales de anquiloglosia. A medio y largo plazo pueden surgir muchas otras.
Generalmente, el frenillo de la lengua se separa antes del nacimiento. Sin embargo, esto no siempre sucede; y las causas no están del todo claras. Algunos estudios apuntan la posibilidad de que la anquiloglosia sea hereditaria. Sabemos que es más habitual en niños que en niñas, aunque puede afectar a cualquiera. La mejor noticia es que el trastorno puede atajarse con un procedimiento quirúrgico sencillo y eficaz, la frenectomía. En el curso «Frenillo lingual en lactantes», el doctor Luis Ruiz nos habla con detalle de la anquiloglosia, sus síntomas y los métodos de diagnóstico que se utilizan en la actualidad. Además, nos explica en qué consiste la frenectomía y cómo es la rehabilitación posterior a su realización.

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¿Cómo puedo saber si mi bebé tiene anquiloglosia?
Como es evidente, corresponde a un profesional sanitario verificar si un niño padece anquiloglosia. Pero existen algunos síntomas que pueden hacernos sospechar de la presencia del trastorno. Ninguno es suficiente por sí mismo para hacer un diagnóstico, pero sí resulta útil conocerlos para saber cuándo es oportuno acudir a la consulta del doctor.
- Ictericia prolongada en el tiempo después del nacimiento. Un bebé que no mama con eficacia puede tener serias dificultades para eliminar la bilirrubina de su organismo a través de las deposiciones.
- Dificultades para agarrarse al pecho. Un niño con problemas para abrir la boca y/o movilizar la lengua puede padecer anquiloglosia.
- Dolor en el pezón de la madre. Algunas mamás creen equivocadamente que el dolor al amamantar es normal. "Cuando algo duele, es que algo no funciona", nos advierte el doctor Luis Ruiz. El dolor, las erosiones, las grietas, el enrojecimiento excesivo en la punta del pezón, las mastitis... son señales que pueden informar de una anquiloglosia.
- Pecho demasiado lleno. Cuando el bebé no mama correctamente, es posible que el pecho materno presente tumefacción.
- Callo de lactancia. Un engrosamiento en la parte superior central del labio del bebé puede indicarnos que está dando un uso excesivo a esa zona, ante la presencia de un frenillo lingual corto. Su cuerpo reacciona provocando inflamación y producción de tejido cutáneo.
- Estancamiento ponderal. Si el bebé no mama con eficacia, puede perder peso o engordar por debajo del percentil 3.
Recuerda que ninguno de estos síntomas aislados es una evidencia inequívoca de anquiloglosia. Muchos de ellos pueden aparecer por otros motivos. En el curso «Frenillo lingual en lactantes» podrás ver multitud de imágenes de ejemplo para aclarar ideas. El doctor Luis Ruiz también señala otros síntomas que deben hacernos sospechar y consultar con un especialista.

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Evitar complicaciones futuras: la frenectomía
Como hemos visto, la anquiloglosia puede provocar molestias en la madre e importantes dificultades para que el niño mame con eficacia. Sin embargo, las complicaciones no se limitan a los primeros meses de vida. Un frenillo lingual corto también puede ser causa de contratiempos considerables más adelante, como problemas en el habla y la respiración o dientes torcidos. No hay lugar a dudas: merece la pena detectar y atajar la anquiloglosia lo antes posible.
El doctor Luis Ruiz es un contrastado especialista en este trastorno. En el curso «Frenillo lingual en lactantes» explica por qué aconseja apostar por la frenectomía para resolver la anquiloglosia. Se trata de una intervención quirúrgica muy sencilla y su eficacia está más que demostrada. Los vídeos del curso te mostrarán en qué consiste y cómo se lleva a cabo, así como los detalles sobre el proceso de rehabilitación posterior. El bebé podrá mamar prácticamente de inmediato tras la intervención. Por eso cada vez son más las familias que disfrutan de una lactancia satisfactoria gracias a a la detección temprana de la anquiloglosia.