Ya estamos a pocas semanas de la vuelta al cole. Mientras exprimimos al máximo lo que queda de verano, poco a poco comenzamos a darle vueltas a las preocupaciones típicas del inicio de curso. La ropa nueva que necesitarán los niños que hayan dado un estirón, el material que debemos comprar, las inquietudes relacionadas con los cambios de centro... y por supuesto, las actividades extraescolares. Es posible que estés planteándote matricular a tu hijo en una academia de inglés durante el próximo curso. En cuanto dediques unos minutos a valorarlo, comprobarás que tomar una decisión no es tan sencillo como parece. ¿En qué aspectos debemos fijarnos para elegir la más adecuada? ¿Qué cuestiones son importantes y cuáles tienen menos relevancia?
Como es evidente, en la situación actual lo primero es asegurarnos de que el centro cumple todas las medidas de seguridad. Distancia, higiene, uso de mascarillas cuando sea conveniente... partimos de la base de que la protección ante el coronavirus es prioritaria para todos. Una vez contrastado este punto podremos fijarnos es los aspectos más puramente académicos. En el curso «Inglés de 3 a 6 años», la profesora Tania Asensi ofrece consejos que te ayudarán a acertar a la hora de escoger academia para niños de 3 a 6 años. Su amplia formación y experiencia como docente es la mejor garantía para decidir con criterio.
1. El número de alumnos por clase
En las circunstancias que vivimos será difícil encontrar un centro que no presuma de trabajar con 'grupos reducidos'. De hecho, una de las ventajas de las academias frente a los colegios es que los profesores tienen menos niños y niñas en clase, por lo que pueden trabajar de forma más personalizada. Pero, ¿qué cifras son apropiadas para peques de entre 3 y 6 años, en edad infantil o con la primaria recién comenzada?
"Entre cuatro y ocho alumnos por aula es lo ideal", apunta Tania Asensi, "con cuatro ya hay interacción, pueden proponerse juegos y es posible un enfoque individual. Con más de ocho, esa atención individualizada disminuye". Ten en cuenta que lo normal es que las sesiones duren de 45 a 60 minutos. Un grupo de más de ocho niños dejaría al docente muy poco tiempo para dedicar en exclusiva a cada uno.
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2. El profesorado
Tania nos habla de tres claves para evaluar al profesorado de las academias: titulación, vocación y experiencia. Es imprescindible que el docente tenga una titulación oficial que acredite para impartir clases de inglés. Por increíble que pueda parecerte, no siempre ocurre de ese modo. "Es común que las academias se escuden en el término 'nativo' para contratar personas de origen anglosajón, pero sin titulación ni experiencia docente", advierte la profesora.
A veces olvidamos que hablar un idioma no significa que sepamos enseñarlo; y menos aún si el alumnado está formado por niños pequeños. "El docente debe conocer estrategias y metodologías, ser paciente, tener vocación. Y cuanta más experiencia, mejor", insiste Tania. Si es nativo, comprueba que entiende español, porque lo necesitará para comprender lo que le dicen los niños. "No necesita hablar, pero sí entender. Lo contrario es frustrante para los niños, provoca que la clase deje de fluir y que los niños se sientan inseguros", añade.
Que el profesor sea nativo es interesante, pero no es necesario obsesionarse con ello. Como todo, tiene ventajas e inconvenientes. Su acento natural ayudará a los niños a hacer oído. Pero un buen docente no nativo puede tener mayor conciencia de la lengua, al haber pasado por las mismas dificultades para aprender inglés que las que deberán afrontar tus hijos.
3. La metodología
Seguro que lo has visto o escuchado en algún anuncio. "Metodología exclusiva", "método revolucionario", "enfoque único"... Cuando detectes el uso de alguna de estas fórmulas, desconfía y pregunta. Lo exclusivo, lo revolucionario y lo único no siempre es lo mejor. Es fundamental conocer la manera en que trabaja la academia de inglés, más allá de adjetivos rimbombantes y publicidad seductora.
No hay grandes secretos. Al margen del enfoque empleado, lo esencial es que los niños tengan muchas oportunidades de aprender haciendo, de hablar, de interactuar... en definitiva, que ese método (revolucionario o no) les permita ser protagonistas de su aprendizaje.
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4. Los materiales y el ambiente
Cuando visites una academia de inglés para informarte tendrás que escuchar, pero también es importante que observes. Pide ver el aula, aunque lo normal es que te la enseñen sin solicitarlo. El ambiente debe ser seguro y estar preparado para invitar al aprendizaje. "Observa si tiene espacio abundante o si sólo hay sillas y mesas", señala Tania Asensi, "si ves poco sitio para levantarse, tumbarse en el suelo o bailar... duda. Los niños de 3 a 6 años necesitan moverse y tener espacio".
Puedes preguntar también por los materiales necesarios. Si te piden que compres un montón de cosas, plantéate si realmente es preciso hacer ese gasto para aprender un idioma. Infórmate además sobre el uso de recursos audiovisuales. "Puntualmente está bien. Podemos enseñarles animales en movimiento, el deshielo de un glaciar... pero si el centro del aprendizaje es una pantalla, cuidado. Para el profesor es cómodo y para los niños es adictivo. Pero yo me alejaría de ese tipo de aprendizaje: no fomenta participación activa, ni interacción con los compañeros, la expresión oral desaparece, se anula la creatividad...", reflexiona Tania.
5. La participación de las familias
Cada vez más academias ofrecen a las familias la oportunidad de involucrarse en la formación de sus hijos. Esto sí es altamente recomendable. Si las mamás y los papás participamos, estaremos aprovechando el vínculo afectivo para que los peques vean la lengua de manera positiva. Puede que te permitan estar en algunas clases, o bien que se organicen actividades extra. Cuentacuentos, excursiones, talleres... cuando hay voluntad, las posibilidades son infinitas.
En cualquier caso, considera también que las academias no son el único camino, ni mucho menos. Existen numerosas alternativas para ofrecer inglés a tus hijos entre los 3 y los 6 años o incluso antes. En los cursos «Inglés de 0 a 3 años» e «Inglés de 3 a 6 años», Tania Asensi ofrece herramientas para acercar a los niños a este idioma de manera divertida, tranquila y respetuosa. Es mucho más fácil de lo que crees; y como podrás comprobar, ni siquiera necesitas un gran dominio de la lengua para dar tus primeros pasos en familia.