La crisis del coronavirus todavía tendrá consecuencias en nuestras vidas durante bastante tiempo. El confinamiento absoluto terminará pronto, pero aún tendremos que pasar en casa la mayor parte del día. Y no nos cansamos de recordarlo: nos quedamos en casa para cuidar la salud de todos, pero en el hogar es fundamental cuidar de nuestra propia salud. No solo la física, también la psicológica y la afectiva. Mamás y papás tenemos la tarea añadida de cuidar de nuestros hijos. Existe una forma de abordar todos estos cuidados simultáneamente: se llama juego. Jugar en familia es una maravillosa manera de asegurar el bienestar en casa.
Los más pequeños suelen estar siempre dispuestos a jugar. Tal como dijo Jean Piaget, "el juego es el trabajo de la infancia", es su manera de aprender y relacionarse con su entorno. Cuando se trata de adolescentes, encontrar un juego en el que se interesen e involucren puede resultar más complicado, pero no es imposible. Lo cierto es que los mayores solemos ser los menos inclinados al juego. Por estrés, por cansancio, por falta de costumbre... por el motivo que sea, renunciamos a jugar. Olvidamos que a ellos les encanta y que también a nosotros nos sienta genial.
Queremos animarte a aprovechar jugando estas jornadas de cuarentena y confinamiento. Dale prioridad, reserva momentos para el juego compartido en las rutinas diarias, no desistas si algo no sale bien a la primera. Comprobarás que el juego tiene potencial para aportar beneficios a todos los miembros de la familia. Porque jugando juntos podemos reír, aprender, hacer ejercicio físico y fortalecer vínculos.
Aunque hemos organizado las propuestas por edades, la división es meramente orientativa. El nivel de madurez y los gustos son factores igual o más importantes a la hora de proponer juegos.

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Juegos para sobrellevar la cuarentena con los más pequeños (hasta 6 años)
Con los peques de la casa, las ideas sencillas brindan grandes resultados. Es verdad que a los adultos nos cuesta seguir sus juegos más desorganizados, de igual modo que a ellos les resulta difícil mantener juegos con normas rígidas. Pero, ¿quién no lo pasa bien jugando un rato al escondite en casa? La mecánica es simple y pueden seguirla desde muy corta edad. Si conservas bolsas o cajas de ropa vieja en el trastero, es el momento perfecto para desempolvarlas y jugar libremente a disfraces.
Desde aproximadamente los 4 años podemos complicar un poco más la cosa. Si organizas una búsqueda del tesoro en casa, tus hijos alucinarán. En Internet encontrarás un montón de ideas para elegir el tema de tu aventura y preparar tu mapa. Para quemar aún más energía, prepara una gymkana hogareña. Es un recorrido por toda la casa superando distintas pruebas. Se trata de una alternativa muy versátil: podemos combinar obstáculos físicos (hacer una voltereta en la cama, pasar bajo de unas sillas, atravesar un laberinto de cuerdas...) con propuestas de dibujo, lectoescritura o problemas matemáticos sencillos.
¿Dispones de un pequeño espacio en el que tu bebé de 1-2 años pueda ensuciar y mojar sin problemas? Con recipientes de tamaño variado, agua y colorantes podréis experimentar y mezclar durante un buen rato. Con garbanzos, macarrones y lentejas logramos una opción algo más limpia, incidiendo en formas y texturas. Entre los 4 y los 6 años lo pasan genial creando sus propios juegos a través de las manualidades, con supervisión y ayuda de adultos. ¿Te animas con un Tangram?
Jugar en casa con niños y niñas de 6 a 12 años
En este tramo de edad, los peques son capaces de mantener la concentración durante más tiempo. Por eso podemos ofrecerles las propuestas del apartado anterior elevando el nivel de complejidad. Pero además, si haces memoria, recordarás algunos juegos con los que seguramente disfrutaste a su edad. Un clásico es el Tutti Frutti, que tal vez conozcas por otro de sus incontables nombres. Hundir los barcos, Ahorcado, Dibujar y adivinar, Tres en raya... basta con papel y bolígrafo para pasar una tarde muy divertida, seamos sólo dos o familia numerosa.
Si encaja con las preferencias de tus hijos, estas edades son idóneas para juegos sencillos de papiroflexia y origami. En momentos en que preferimos más movimiento, podemos jugar a la Rayuela en el pasillo de casa. Para practicar las divisiones, prueba a jugar a El resto cuenta. Si quieres ponerles a pensar, desafíales a convertir cuatro cuadrados en tres con sólo tres movimientos, usando doce palillos. Con unas cuantas botellas de plástico y una pelota podéis organizar una bolera en el pasillo. Si contamos con cuatro o cinco participantes y un espacio seguro, la Gallinita Ciega es garantía de risas. El enfoque Reggio Emilia os enseñará a jugar juntos con la luz.

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... y no olvidemos los clásicos, ni el poder de la imaginación
Los bloques de construcción tipo Lego, los puzles, los juegos de mesa... son propuestas clásicas que en algunos hogares han caído en el olvido. La ocasión es ideal para recuperarlos. Además, sus distintos niveles de complejidad nos proporcionan un abanico de opciones que contempla todas las edades. De hecho, en este tipo de alternativas encontramos a menudo la mejor forma de volver a jugar con adolescentes. Quizá no quieran participar en una gymkana casera, pero puede que sí les apetezca construir maquetas o competir en el Trivial, el Monopoly o el Cluedo.
Cuando toda la familia se involucra y disfruta, lo mejor es establecer turnos para escoger juegos. Cada tarde le tocará elegir juego a una persona distinta. Si hay niños pequeños en casa, no cierres puertas a su imaginación. En cuanto vean cómo creas y explicas algunas de las propuestas que mencionamos, no tardarán en lanzarse a imaginar sus propios juegos. Atrévete a probarlos. Quizás te sorprenda lo entretenido que puede llegar a ser un juego improvisado.