El confinamiento forzado por la crisis del coronavirus ha cambiado nuestra forma de estar en casa. Porque no sólo se trata de estar, sino también de hacer. Estamos aprendiendo a hacer en casa cosas que antes hacíamos en otros lugares. Para los niños, los deberes; que en numerosos casos se han multiplicado desde que los centros escolares cerraron sus puertas. Las circunstancias les obligan a trabajar más por su cuenta para sacar el curso adelante. Algunos adultos estamos volcados con el teletrabajo, intentando resolver desde el dormitorio o la sala de estar lo que antes hacíamos en una oficina. Pero además de cumplir con las obligaciones, mayores y pequeños tratamos de organizar la jornada para no caer en el tedio ni en el sedentarismo. Estas semanas extrañas han provocado que estar en casa ya no sea sinónimo de descanso... y sí pueda serlo de estrés.
La cuarentena se prolonga y todavía no tenemos claro cuánto tiempo más durará el encierro. Es probable que todavía nos queden varias lecciones que aprender sobre esta nueva manera de vivir. Y quizá una de las tareas pendientes en muchos hogares sea la de parar. Detenernos, hacer una pausa consciente para cuidarnos. Cuando vemos una película en familia, por ejemplo, lo que hacemos es desconectar. No tiene nada de malo, al contrario, tiene varios aspectos positivos. Pero la pausa de la que hablamos aquí funciona al revés: un momento para conectar y compartir unos minutos de relajación y armonía. En casa estamos juntos, pero lo fundamental es sentirnos bien estando juntos. Los juegos con música, canciones y masajes pueden ayudarte a conseguirlo. Sólo tienes que elegir una propuesta adecuada para la edad y los gustos de tus hijos.
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Conecta con tus hijos a través de la música y las canciones
Todos podemos sufrir durante el confinamiento. Niños y adultos. Podemos agobiarnos, echar en falta a los seres queridos que no podemos ver, sentir enfado, tristeza... y todas las emociones necesitan reconocimiento y acompañamiento. Es muy importante no caer en la negación y repetir como un mantra que "aquí no pasa nada" y en que "todo acabará pronto". Porque sí sucede algo. Y tarde mucho o poco en terminar, es lo que estamos viviendo aquí y ahora. La música nos ofrece un refugio en el que relajarnos. Cantar, tocar un instrumento o simplemente escuchar nuestras canciones favoritas pueden ayudarnos a encontrar la calma.
Los niños más pequeños pueden sentirse superados por esta situación. Perciben los cambios, incluso la tensión en el ambiente; pero no tienen todavía el nivel de madurez necesario para comprender qué ocurre. Acompañar sus rutinas diarias con canciones les ayuda a encontrar la calma. Una canción para la hora del baño, otra cuando llega la hora de comer, una especial antes de leer un cuento al irnos a la cama... Incluso podemos componer la letra para una canción que hable del paso del tiempo. Servirá para recordarles que las etapas difíciles también terminan.
Dedicar un rato a cantar, tocar instrumentos o bailar es beneficioso para niños de todas las edades. Es una actividad divertida que además les permite descargar energía y estimular su creatividad. No hace falta que planifiques mucho estos momentos: basta con reservar una hora al día para ellos. Seguro que tus hijos no tardan en hacer sus propias propuestas musicales. Si son adolescentes, manifestar interés por sus gustos o presentarle los tuyos, escuchando discos o viendo un concierto, son estrategias para compartir momentos de conexión.
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Juegos con masajes, una herramienta para conectar con los más pequeños
Los juegos con masajes tienen maravillosos beneficios. No sólo para los niños, sino también para los adultos. Cuando ofrecemos un masaje estamos aquí y ahora, en un momento único e íntimo en el que nos comunicamos y nos relajamos. Los masajes no se reducen al formato tradicional de camilla y masajista, sino que combinan a la perfección con los cuentos, las canciones, el baño... Si tienes bebés en casa, pruébalos como medida de prevención ante el malestar. Si tus hijos son algo mayores, introducirlos en la rutina (siempre y cuando estén de acuerdo) os facilitará la conexión y la relajación.
"Los recursos que permiten estar 'aquí y ahora', compartir desde el amor, mejoran el mundo. Eso es lo que hacen las semillitas que aportamos en el día a día. Si hacemos masajes a nuestros hijos y a nuestras parejas, estaremos mejor", explica la profesora Cristina Saraldi en el curso «Masaje infantil a través del juego». Así, los masajes son un recurso idóneo para crear instantes de pausa y cuidados familiares durante la cuarentena.