Emmi Pikler nació en Viena el 9 de enero de 1902. Se formó como pediatra y tuvo oportunidad de desarrollar sus ideas especialmente a partir de 1946. Fue entonces cuando el gobierno húngaro le pidió que tomase las riendas de un orfanato ubicado en la calle Lóczy, en Budapest. De ahí el nombre con el que conocemos el modelo pedagógico que Emmi nos dejó: Pikler-Lóczy. Una propuesta que rebosa sensibilidad hacia la infancia y que puedes conocer a través de «Movimiento libre en la etapa 0-3 años». El educador Eduardo Rodríguez, que cuenta con postgrado en pedagogía Pikler, presenta en este curso las claves del pensamiento de Emmi Pikler en 12 lecciones en vídeo con calidad 4K.
Cada una de las reflexiones de esta autora es extraordinariamente valiosa. Pikler, que dirigió el orfanato húngaro durante más de 30 años, dedicó toda su vida a la infancia. Aunque falleció hace casi cuatro décadas, su obra sigue sorprendiéndonos por su plena aplicación en nuestros días. Hoy queremos recordarla una vez más recuperando siete citas alrededor del concepto de movimiento libre.
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1. ¿Qué aporta el movimiento libre al niño?
"El movimiento activo del niño, cuya iniciativa asume él y que él mismo ejecuta, posee un papel preponderante en el conocimiento del propio cuerpo, en la autoconciencia, en la percepción de su propia eficiencia, en el aprendizaje, en el reconocimiento espacio-temporal del entorno en general".
Tal como explica Laura Estremera en el curso «Desarrollo de los primeros años», no es posible parcelar el ser del niño. Hablamos de área motora, área cognitiva y área emocional para facilitar la comprensión del ser, pero todo está unido. En consecuencia, la forma en que un bebé aprende a moverse tiene influencia en los demás aspectos de su desarrollo. Emmi Pikler lo tenía claro hace ya mucho tiempo. Pero a pesar de su esfuerzo y sus aportaciones, todavía hoy continúan vendiéndose productos perjudiciales y potencialmente peligrosos, como los andadores o tacatás.
2. Más beneficios de la motricidad libre
"El niño cuya motricidad es ‘libre’ se muestra atento y concentrado. Se muestra más activo desde que es un bebé. Sus juegos son más variados porque, a partir de posturas escogidas por él y que domina, puede buscar por sí mismo los juguetes. Además, al hallarse en un equilibrio estable, puede utilizarlos mejor".
Emmi Pikler profundiza aquí en los vínculos entre el desarrollo motor y el desarrollo cognitivo. Porque la atención y la concentración no empiezan a desarrollarse cuando un niño aprender a leer, sino muchísimo antes. Desde sus primeros juegos y actividades el bebé ya está ejercitando estas destrezas. Es evidente que las posibilidades de movimiento de las que disfrute no sólo son determinantes a nivel motriz.
3. Los perjuicios de imponer posturas a los niños
"El perjuicio causado por las posturas impuestas no se limita al desarrollo de la motricidad del niño, sino que también influye desfavorablemente en el desarrollo psíquico, en el desarrollo de su personalidad".
Si los beneficios del movimiento libre no sólo tienen que ver con el desarrollo del cuerpo, lo mismo sucede con los perjuicios. Pikler pudo comprobar en sus investigaciones que las consecuencias de obligar a un bebé a sentarse o ponerse en pie también se percibían en su carácter. Un niño que se expone de manera reiterada a posturas que no domina tendrá mayor sensación de riesgo y menor sensación de control; y por tanto, menos confianza en sí mismo.
4. No enseñes a un niño aquello que puede -y debe- aprender por sí mismo
"Es preciso que nos ocupemos del niño pequeño con amor, con paciencia. Hemos de enseñarle tantas cosas, cosas que sólo puede aprender de nosotros, a través de nosotros. Pero resulta inútil y hasta desventajoso enseñarle a sentarle sentándole, a ponerse de pie poniéndole de pie, etc. Cosas que él puede aprender por sí mismo, por su propia iniciativa, con una mejor calidad, mediante tentativas cargadas de alegría y de seguridad. Además, se vería privado de una posibilidad de aprendizaje que habría influido favorablemente en todo su desarrollo".
Como veremos en algunas de las próximas citas, no se trata -ni mucho menos- de desentendernos de los cuidados del bebé. Se trata de comprender que hay cosas que podemos enseñarles y cosas que debe aprender por sus propios medios. Con frecuencia, los problemas en este sentido surgen del desconocimiento de la diferencia entre aprendizaje y maduración.
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5. ¿Nos fijamos los padres en lo verdaderamente importante?
"Hay una competición, manifiesta o disimulada, entre los padres. ¿Qué niño adquiere más rápidamente estos movimientos (gatear, ponerse en pie, sentarse…)? Sin embargo, nadie se preocupa de la manera en que el niño ha llegado a ellos, ni de la calidad del movimiento ejecutado".
"¿Todavía no camina? ¿Qué edad tiene? Ah, yo en eso tuve mucha suerte, mi hijo caminaba ya antes de cumplir el primer año". Seguro que en más de una ocasión has escuchado esta clase de comentarios. Y por lo que parece, no son nuevos. Pikler ya denunció en sus obras este tipo de inquietudes de los padres. Al mismo tiempo, se preguntaba por qué nadie presta atención al cómo, que es lo verdaderamente relevante. Porque no hay niños sanos lentos, sino desarrollos diferentes.
6. Movimiento libre no significa desentendernos del niño
"Algunos interpretan mi intención atribuyéndome la idea de que, en general, no hay que ocuparse del niño pequeño. ¡Lejos de mí semejante pensamiento! Es absolutamente preciso ocuparse de él, intensamente incluso".
Por fortuna, esta clase de interpretación de las ideas de Pikler sí parece superada en la actualidad. Nadie en su sano juicio cree que la autora apostaba por ignorar los cuidados del niño. De hecho, en el curso «Movimiento libre del niño en la etapa 0-3 años», Eduardo Rodríguez nos explica con detalle el rol del adulto de acuerdo con este modelo pedagógico. La preparación de un entorno seguro y la observación activa figuran entre sus cometidos más importantes.
7. No olvidemos la importancia del afecto
"Tiene una importancia fundamental que la madre establezca unos contactos serenos y afectuosos, durante los que madre e hijo estén atentos uno al otro, capten bien los significados del comportamiento del otro, se conozcan y se quieran".
Que buena parte de la obra de Emmi Pikler centre su mirada en el desarrollo motriz no significa que la autora niegue la importancia del afecto. El amor está en la base de todo. Sin ese fundamento básico e imprescindible, nunca podremos ir más allá.