La batalla por la organización de los juguetes de los niños es un clásico familiar desde tiempos inmemoriales. Seguro que también tú te ganaste más de una reprimenda por dejar muñecos, pelotas o piezas de puzzles esparcidas por toda la casa tras una maravillosa tarde de diversión. Pero tal vez hoy el asunto sea más frecuente que nunca. En algunas habitaciones infantiles hay más juguetes que en muchas tiendas. Son auténticos almacenes, espacios que parecen más pensados para acumular que para jugar, disfrutar y aprender.
El orden y la organización tienen que ver con el cómo, pero antes de hablar de ello es imprescindible hacer una reflexión sobre el cuánto. "En realidad, los niños no necesitan tantas cosas. Llegan a sobreestimularse y a tener menor capacidad de reacción ante los juguetes", explica Patricia Ferrández, profesora del curso «Orden y Disciplina Positiva». Es una lástima que un niño no sea capaz de disfrutar con nada por tener demasiado. Y no solo es una cuestión de diversión. Algunos estudios han comprobado que disponer de una cantidad menor de juguetes puede impulsar el desarrollo de la creatividad y la concentración.
Antes de elegir la manera en que vais a organizar los juguetes, podéis dedicar algunos momentos a hacer descartes. Se trata de alcanzar acuerdos sobre lo que no se puede conservar. Todo lo que esté roto o incompleto, así como aquello que ya no se use, debe salir de hogar. Entonces sí, manos a la obra. ¡A organizar!
Más información sobre el curso «Orden y Disciplina Positiva»

El espacio de juego y las estructuras de almacenamiento de juguetes
Patricia Ferrández es facilitadora en Disciplina Positiva especializada en organización infantil. En el curso «Orden y Disciplina Positiva» nos recomienda iniciar la tarea de organización de juguetes definiendo una zona de juego. No tiene por qué ser un espacio muy grande, pero sí debe ser una zona exclusiva para que niños y niñas jueguen. A veces basta con delimitarla empleando una pequeña alfombra.
Un error que mamás y papás cometemos con frecuencia es instalar esa zona de juego en el cuarto de los peques desde que nacen. Sin embargo, hasta los 7 u 8 años la mayoría de los infantes quieren estar cerca de sus padres. Por eso acaban cogiendo sus juguetes en el dormitorio y llevándolos por toda la casa. Mientras tengan esta preferencia, quizá sea buena idea habilitar un espacio de juego en alguna zona común, como la sala de estar. Si los juguetes están en el mismo lugar en que van a usarlos, será más sencillo mantener el orden.
En cuanto a las estructuras de almacenamiento de juguetes, Patricia nos recomienda versatilidad y sencillez. "Olvidaos de grandes muebles y estructuras pesadas que exigen esfuerzo a los niños", apunta. Cestos extraíbles, estanterías bajas, cajas de tamaño medio... Lo fundamental es que resulten cómodas, no solo para jugar, sino también para devolver las cosas a su sitio llegado el momento. En el curso podrás ver varios ejemplos de estructuras recomendables.
Más información sobre el curso «Transformación de espacios de juego y aprendizaje»

Hacer partícipes a niños y niñas, imprescindible para mantener el orden
El cerebro de un infante no funciona igual que el de un adulto. Lo que a ti te parece lógico puede ser incomprensible para una niña de 4 años. Por eso Patricia Ferrández dedica una lección completa del curso «Orden y Disciplina Positiva» a hablar sobre el cerebro infantil. Además, nos recomienda hacer partícipes de todo proceso de organización a niños y niñas, en especial cuando se trata de sus preciados juguetes.
No podemos distribuir sus cosas en las categorías que a nosotros nos parezcan más coherentes, sino considerando su opinión. Esto hará que ordenar resulte sencillo para ellos. Dedica tiempo a entender cómo les gusta disponer sus muñecos, sus puzzles, sus libros... y luego busca cómo encajarlo con tus prioridades y el espacio disponible. Si vas a usar cajas, pasaréis una tarde muy entretenida diseñando en equipo las etiquetas que indicarán qué hay dentro de cada una. A veces, un dibujo les resulta más fácil de comprender que el lenguaje escrito.
El orden idóneo tiene que ver con el espacio y los objetos, pero también con la personalidad de los niños que van a jugar. Necesitamos conocerles para elegir una organización eficaz. La observación adulta durante el juego libre es esencial para percibir sus gustos y las habilidades que están desarrollando. Esto nos ofrece la información precisa para hacer rotación de juguetes, ofreciéndoles en cada momento los materiales más oportunos.
Otro ejercicio enriquecedor es buscar su punto de vista: colócate en el suelo, a la misma altura desde la que ellos ven el mundo; y piensa en lo que transmite el espacio que te rodea. ¿Te estimula? ¿Sientes ganas de quedarte a jugar?