A medida que se hace mayor, el niño toma cada vez más decisiones acerca de su propia alimentación. Empieza a acudir cada día al comedor escolar, asiste a fiestas y cumpleaños, visita restaurantes en familia e incluso dispone de algún dinero que puede gastar en lo que se le antoje. Poco a poco se acumulan factores y situaciones ajenas al control de los padres. Es fundamental que, cuando lleguen esos momentos, los niños dispongan de cierto criterio. Un criterio que se construye, en buena medida, a partir de las decisiones que los adultos tomamos desde que nacen. De nada sirve pretender educarles a base de discursos vacíos y charlas magistrales. El ejemplo que aportamos con nuestros propios hábitos es la mejor herramienta para guiarles hacia una alimentación sana. Sí, también fuera de casa.

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1. ¿Son extraordinarias las 'ocasiones especiales'?
Las llamadas 'ocasiones especiales' son, a menudo, menos especiales de lo que parecen. Se supone que son excepciones, comidas que los niños hacen sólo de vez en cuando. Hagamos una estimación rápida. Ir a un restaurante de fast food, una merienda a base de bollería industrial, comer chucherías en un cumpleaños... Es fácil que los momentos extraordinarios sean en realidad algo que ocurre varias veces al mes; y que por lo tanto tienen bastante de costumbre y muy poco de excepcional. Merece la pena pararnos a pensar cómo gestionamos este tipo de circunstancias.
Los padres podemos decidir con cuánta frecuencia visitamos restaurantes con nuestros hijos. También podemos escoger a qué clase de local recurrimos, aunque permitamos que participen en la elección. Lo ideal, obviamente, es que nos decantemos siempre que sea posible por un restaurante de confianza, que sirva platos saludables. En el curso «Qué le doy de comer a mi hijo», Miguel Ángel Lurueña nos advierte sobre algunos de los que ofrecen 'menús infantiles'. Esa propuesta suele estar formada por alimentos monótonos y no muy saludables, como hamburguesas, salchichas, patatas fritas... "Debemos recordar que un niño puede y debe alimentarse con los mismos alimentos que un adulto. No deberíamos diferenciar entre alimentación para niños y alimentación para adultos, salvo las consideraciones de seguridad con niños más pequeños", explica Lurueña.
¿Qué hacer con los cumpleaños y las fiestas? Desde luego, no se trata de prohibir a tus hijos asistir al convite de sus amigos. Pero, cuando sea su propio cumpleaños el que celebréis, puedes apostar por comida sana. En el curso «Alimentación infantil 12-36 meses», Sara Traver comparte un montón de ideas originales y deliciosas para estas ocasiones, válidas para niños de esas edades y superiores.
2. La batalla de los almuerzos y las meriendas en el cole
Si revisáramos las papeleras de un patio de colegio, encontraríamos más envoltorios de bollería industrial y envases de zumo que mondas de fruta. No sólo se trata de un mal hábito generalizado, sino también de cierta corriente de presión social. Puede ser complicado que un niño acepte de buen grado una merienda a base de fruta cuando todos sus compañeros devoran galletas o pasteles. Es fundamental conocer las claves para encontrar opciones saludables que respeten los gustos y preferencias del niño.
Miguel Ángel Lurueña se detiene a reflexionar sobre este tema en el curso «Qué le doy de comer a mi hijo». Además, advierte sobre otros factores que no siempre tenemos en cuenta. "Una cuestión importante cuando preparamos almuerzos o meriendas para nuestros hijos es la seguridad. No todos los alimentos son aptos para permanecer a temperatura ambiente durante largos periodos de tiempo", explica Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Así, una ensalada o una ración de frutas cortadas pueden ser meriendas sanas, pero expuestas a riesgos si no tomamos las precauciones oportunas.

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3. El comedor escolar: valoración de menús y preocupaciones
Hay dos errores muy frecuentes en los padres cuando sus hijos asisten a diario a un comedor escolar. Por un lado están los que se preocupan en exceso. Es preciso supervisar el menú e incluso opinar sobre su composición cuando sea posible, pero por lo general no hay motivo para grandes inquietudes. "En la mayor parte de comedores se come de manera saludable. Entre otras razones, porque los menús están dictados por profesionales, dietistas y nutricionistas", recuerda Miguel Ángel Lurueña.
Por otra parte, están los papás y las mamás que descargan en el comedor la responsabilidad sobre la alimentación de sus hijos. En otras palabras, dan por hecho que simplemente comiendo allí estarán bien alimentados. No es cierto. Los problemas (y las soluciones) siempre están en casa. Comer en el comedor escolar no garantiza comer mejor. Con todo, si te preocupan los menús del comedor del 'cole' de tus hijos, si quieres saber cómo valorar su calidad o conocer qué normas y leyes debe cumplir, te recomendamos el curso «Comer en el comedor escolar». El nutricionista Julio Basulto y el abogado Francisco José Ojuelos aportan y combinan sus perspectivas, ofreciendo una visión global acerca de una alternativa que toman cada vez más familias.