Durante los últimos años se han producido importantes avances en el reconocimiento de la diversidad sexual. Algunos tienen que ver con la infancia. Cada vez son más los padres que intentan hablar de ello con sus hijos, escogiendo temas y palabras en función de la edad que tengan. Sin embargo, el camino hacia la igualdad y la normalidad aún es largo. Son muchos los tabúes y prejuicios sociales que aún perviven. Y también existen mamás y papás que desean conversar con sus hijos, pero por su propia educación no tienen claro cómo hacerlo. En ocasiones, el hecho de no saber cómo afrontar estas charlas se convierte en una fuerza paralizadora. El diálogo se aplaza sucesivamente; y cuando nos damos cuenta, el silencio ha formado una barrera difícil de romper. Esto ocurre en muchas familias a la hora de hablar de la orientación sexual de los niños.
Uno de los errores habituales es creer que sólo es necesario tratar el tema de la orientación sexual cuando el niño o niña puede ser homosexual o bisexual. "Los niños tienen curiosidad sexual y es importante que los adultos reaccionemos con naturalidad ante ella", señala Blanca Torres, profesora del curso «Sexualidad en la infancia». Hablar sobre sexualidad es ofrecerles valiosas herramientas para comprenderse mejor a sí mismos, pero también para entender a los demás. Es educar en la empatía.
"La orientación sexual aparece muy pronto en la infancia y conviene hablar de ello y tenerlo presente", añade Blanca. Alrededor de los 7 u 8 años, muchos niños pueden saber hacia quién o quiénes sienten cierta atracción. Recurriendo a la escala de Kinsey, lo tendrán más claro cuanto más cerca se sitúen de los 'extremos'.
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La escala de Kinsey
Alfred Charles Kinsey fue uno de los pioneros de la investigación sobre sexualidad de seres humanos en Estados Unidos. Vivió entre 1894 y 1956, pero sus trabajos sobre el comportamiento sexual de hombres y mujeres siguen siendo, hasta cierto punto, una referencia útil. Kinsey examinó las experiencias sexuales de distintos individuos y llegó a la conclusión de que entre las posiciones 'exclusivamente heterosexual' y 'exclusivamente homosexual' existe un amplio espectro de posibilidades.
De este modo creó la escala de Kinsey, que recoge cinco opciones intermedias entre los extremos mencionados. "Una escala de siete puntos está más cerca de mostrar los muchos grados que actualmente existen", aseguraba el biólogo. La gran aportación de este trabajo fue visibilizar la complejidad de las orientaciones sexuales humanas, yendo más allá de la clasificación tradicional en heterosexual, homosexual y bisexual. Es perfectamente posible que una persona principalmente heterosexual sienta interés o atracción hacia individuos de su mismo sexo y viceversa.
Ha pasado casi un siglo desde la publicación de los trabajos de Kinsey y seguramente podrían hacerse muchísimos matices a sus consideraciones. En todo caso, la escala puede ayudarnos a entender cómo se sienten los niños al descubrir su orientación sexual. "Cuando es completamente heterosexual o completamente homosexual, suele tenerlo claro a edades tempranas. Cuando está en posiciones intermedias es posible que no esté tan claro", indica Blanca Torres.
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La comunicación es la base de la educación sexual
Lo que necesita un niño mientras descubre su identidad o su orientación sexual es contar con una base segura en el hogar. La comprensión, el apoyo y la confianza de la familia evitan muchas de las dificultades que pueden aparecer en este camino. Pero es importante entender que este vínculo debe generarse antes de que el niño manifieste sus preferencias. Una comunicación abierta, fluida y desprovista de juicios es la esencia de una educación sexual adecuada.
"Es fundamental la comunicación, la tolerancia, no juzgarle a él ni a otros, no usar expresiones despectivas u homófobas... con esas condiciones, el niño tendrá confianza para expresar lo que siente. En lugar de preguntarle si le gusta un chico o una chica, preguntemos si le gusta alguien. Siguen existiendo tabúes sociales y los niños pueden sentir miedo a decir qué es lo que realmente les gusta. Si les hablamos en estos términos será más fácil, se sentirán más libres. Cuanta más confianza les demos, cuanto menos nos extrañemos de sus preguntas... mejor asentaremos una buena base, formando un vínculo de afecto y confianza. Eso les garantizará condiciones para enfrentarse a todo. Si en casa tiene ese apego y esa seguridad, fuera será capaz de afrontar críticas y problemáticas sociales".
Blanca Torres - «Sexualidad en la infancia»
Solemos asociar las charlas sobre sexualidad con la pubertad. Es importante hablar sobre sexo con preadolescentes, pero como puedes comprobar, hay motivos para educar en sexualidad desde la infancia. En el curso «Sexualidad en la infancia», Blanca Torres comparte información y estrategias para hacerlo sin dudas ni temores. Blanca es psicóloga, antropóloga social y cultural y experta en psicología clínica infantil. Sus consejos te ayudarán a generar un clima de confianza, acompañando a tus hijos desde el respeto sea cual sea su identidad y orientación sexual.