No existen dos familias iguales, pero... Si hablamos de crisis matutinas, de rabietas a la hora de vestirse o a la del desayuno, quizá conozcas la historia. Y si hablamos de negociaciones y debates ya por la noche, cuando llega el momento de meterse en cama, más de lo mismo. "Cada casa es un mundo, pero hay ciertos problemas que se repiten de forma bastante parecida", dice el psicólogo Alberto Soler. No sólo se repiten de un hogar a otro, sino que los mismos problemas tienden a repetirse periódicamente dentro de la misma familia. Y entonces decimos esa frase que (casi) toda madre o padre ha dicho: "¡te lo he dicho mil veces!".
La reiteración en peticiones, órdenes y recordatorios resulta cansina para todos los miembros de la familia. Adultos, adolescentes y niños. "Si a nosotros nos cansa repetir algo tantas veces, también a ellos les cansa escuchar mil veces lo mismo", nos recuerda Alberto Soler, profesor del curso «Cómo fomentar la autonomía en los niños». Cuando nos hartamos de escuchar nuestra propia voz repitiendo la misma canción todos los días, llegando a alterarnos y enfadarnos, puede ser el momento de parar, tomar aire y buscar soluciones. Ningún método garantiza que tus hijos cumplan rigurosamente con horarios y tareas, pero las tablas de rutinas pueden ayudarnos.
"Los cuadros de rutinas pueden ser grandes aliados para enfocar con más calma situaciones de conflicto, favoreciendo la autonomía de los niños y promoviendo un mejor clima en casa".
Alberto Soler en «Cómo fomentar la autonomía en los niños» | Escuela Bitácoras

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¿Qué es una tabla de rutinas?
Si googleas un poco, encontrarás en la red decenas de propuestas para elaborar tu tabla de rutinas. Incluso hay tiendas online que venden plantillas y modelos. Es posible que encuentres ideas útiles. Sin embargo, nosotros creemos que este recurso es más eficaz cuanto más contenido personal incluya. Un cuadro de rutinas diseñado a la medida de las necesidades y costumbres de tu familia siempre tendrá más posibilidades de funcionar que un prototipo creado 'en abstracto'. "Hay cien maneras de hacerlo, en función de la logística de cada familia", comenta Bei M. Muñoz.
Pero, ¿qué es exactamente un cuadro de rutinas? Se trata de una herramienta propuesta en Disciplina Positiva, muy adecuada para niños pequeños. No es más que una recopilación de las cosas que hacemos a diario en determinado momento del día. Por ejemplo, ¿qué hace un niño de 5 años por la mañana? Se levanta, se viste, desayuna, se cepilla los dientes y se prepara para ir a la escuela. Es un ritual bastante sencillo, pero los peques tienden a distraerse o atascarse en algún punto. La tabla de rutinas nos ayuda a no tener que repetir cada día "venga, a desayunar", "ponte los zapatos de una vez", "ve a cepillarte los dientes"...
Así, cuando surge un conflicto, no serás tú quien tenga que dar una orden. "Ve y comprueba en la tabla de rutinas qué tienes que hacer ahora", puedes sugerir. ¿Funciona? Para que así sea no basta con disponer de un cuadro de rutinas: también es importante cómo y cuándo lo hacemos. Por eso es fundamental que sea 'personalizado'.

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¿Cómo y cuándo elaborar un cuadro de rutinas?
Busca un momento relajado e intenta involucrar a tus hijos en la elaboración del cuadro. Si son pequeños y todavía no saben leer y escribir, podrán ayudarte a empezar haciendo un listado de las tareas correspondientes a un momento del día. A partir de la lista generaremos un cuadro en el que podamos ver el orden en que planeamos hacer las cosas. Utilizando cartulinas o fundas de plástico podremos adjuntar dibujos o fotografías en que los peques se vean a sí mismos realizando cada tarea. Un pequeño póster con cuatro o cinco fotos bastará para crear la tabla de rutinas de la mañana. Vestirse, desayunar, asearse, preparar la mochila... ¡y al cole!
Tu cuadro de rutinas puede incluir un coche, que se desplazará de una imagen a otra en función de lo que toque hacer. Quizá a tus hijos les guste más la forma del reloj, aprovechando para presentar el concepto de tiempo. Eso sí, es esencial no confundir las rutinas con los horarios. Las rutinas se refieren al orden en que hacemos las cosas: primero el desayuno, después el aseo. Los horarios son algo mucho más estricto: desayunar a las ocho, aseo a las ocho y media. "La idea es que nos ayudemos de las rutinas sin perder la cabeza con los horarios", explica Alberto Soler.
En el curso «Disciplina Positiva», Bei M. Muñoz nos ofrece pautas para celebrar reuniones familiares. Estos momentos son los más apropiados para trabajar en nuestros cuadros de rutinas, tanto para elaborarlos como para revisarlos. Por ejemplo, si la hora de vestirse continúa siendo fuente de conflictos pese a estar incluida en el cuadro de rutinas de la mañana, podemos hablarlo en la reunión familiar. Tal vez sea conveniente adelantar a la noche anterior la rutina de elegir la ropa.