Todos conocemos la importancia del descanso en el desarrollo de los niños, tanto en el plano físico como en el mental. Por eso es frecuente que mamás y papás nos sintamos desconcertados ante cambios bruscos en sus patrones de sueño. Bebés dormilones y tranquilos pueden convertirse en niños con un sueño inquieto entre los doce y los dieciocho meses; y peques que jamás causaron contratiempos durante la noche comienzan a expresar miedos o a sufrir pesadillas entre los 2 y los 3 años. En muchos casos, tras estas lógicas preocupaciones no hay problemas graves. Todo forma parte de los procesos naturales que los niños atraviesan.
"El sueño de los niños cambia un montón durante los primeros años de vida para ir pareciéndose poco a poco a lo que solemos llamar 'sueño adulto'. Es decir, dormir ocho horas, por la noche, del tirón y sin siestas durante el día. Pero llegaremos ahí tras un camino de varios años", explica el psicólogo Alberto Soler en el curso «El sueño en la infancia». Para llegar a ese punto atravesarán muchas etapas, todas distintas y repletas de cambios. Una de las más llamativas es la que tiene lugar entre los 2 y los 3 años de edad.

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El sueño de los niños varía sus objetivos entre los 2 y los 3 años
Comprender los cambios en el sueño de los niños resulta más sencillo si comprendemos lo que pasa cuando duermen. Dos de las funciones importantes del descanso en los más pequeños son la reorganización de aprendizajes y el reposo del cerebro. Aunque el asunto es complejo, a grandes rasgos podríamos esbozar que lo primero sucede en el sueño REM y lo segundo en el sueño NREM. Pues bien: entre los 2 y 3 años se producen cambios muy importantes en la proporción de tiempo que los niños dedican a cada tipo de sueño. Así lo demuestran investigaciones recientes.
"Nuestros hallazgos revelan una transición abrupta entre los 2 y los 3 años de edad en los humanos. Específicamente, nuestros resultados muestran que las diferencias (...) después de los 2-3 años se deben principalmente al funcionamiento del sueño para reparación o aclaramiento, mientras que antes de los 2-3 años el sueño apoya principalmente la reorganización neuronal y el aprendizaje", indican los autores de un interesante estudio publicado en septiembre de 2020.
La investigación desveló que hay un "punto de inflexión" en torno a los 2.4 años, "lo que refleja un cambio crítico en el desarrollo fisiológico o cerebral". El tiempo que el niño dedica a sueño REM desciende y los objetivos de "reparación neural y aclaramiento de metabolitos" ganan relevancia.

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El sueño de los niños a partir de los 3 años
"Desde los 3 años los despertares nocturnos suelen disminuir notablemente. A partir de los 5 ya son poco frecuentes. En muchos casos va desapareciendo la siesta diurna y el sueño se concentra en la noche. Y en torno a los 6 años, el sueño de los niños ya se parece bastante al sueño de los adultos", detalla Alberto Soler. Sin embargo, cada niño es diferente; y que las cosas no ocurran de este modo no significa necesariamente que haya problemas de los que preocuparnos.
Ten en cuenta que desde los 3 años los niños experimentan grandes cambios. Crece su autonomía y progresan en el desarrollo del lenguaje. Evidentemente, esto repercute en su capacidad para expresarse y para entender lo que les rodea. "Estos cambios pueden producir una mayor proporción de sueño profundo; y esto puede verse acompañado del inicio de algunos trastornos. Terrores nocturnos, sonambulismo, pesadillas... son reacciones comunes. Por lo general, cuando esto se regule de nuevo, estos trastornos desaparecerán", comenta Soler.
En el curso «El sueño en la infancia» aprenderás todo lo que necesitas saber para acompañar a tus hijos en su descanso, desde antes del nacimiento hasta que ese sueño se estabiliza. A lo largo de sus 18 lecciones, el psicólogo Alberto Soler repasa los cambios frecuentes en cada edad y los trastornos habituales. También comparte ideas para facilitar el descanso de toda la familia y aborda cuestiones que a menudo generan dudas, como la opción del colecho. Esta formación se complementa con el curso «Lactancia y sueño», impartido por el pediatra Carlos González y centrado en los más pequeños de la casa.