Muchos niños tuercen el gesto cuando ven un plato repleto de verduras. Del mismo modo, a los peques suele hacérseles la boca agua al ver el escaparate de una pastelería o de una tienda de golosinas. ¿Quién no ha tenido que gestionar una rabieta en la línea de cajas del supermercado, allí donde se ubican estratégicamente atractivos estantes con dulces y chocolates? Son comportamientos que todos conocemos porque se repiten de manera constante. Niños de diferentes edades y orígenes muestran predilección por lo dulce y rechazo por lo verde.
El patrón es tan reiterativo que no puede tratarse de una simple casualidad. ¿Te has preguntado alguna vez por qué los niños tienen esta preferencia por los sabores dulces? Es uno de los temas que aborda la dietista-nutricionista Griselda Herrero en el curso «Alimentación emocional». Tal vez pienses que es una tendencia innata. Tienes razón, al menos en parte. Porque como probablemente intuyas, los hábitos y la educación que ofrecemos a los niños también juegan un papel muy relevante en la evolución de sus gustos y preferencias.
Más información sobre el curso «Alimentación emocional»
Por qué los niños nacen con preferencia por los sabores dulces y aversión hacia los amargos
En este caso, la explicación más sencilla es la correcta. Que los bebés nazcan con inclinación hacia lo dulce y rechacen lo amargo es una cuestión que está relacionada con su supervivencia. "Tanto la leche materna como otros alimentos muy energéticos, aquellos que ayudan al niño a crecer y sobrevivir, son fundamentalmente dulces. Por contra, el sabor amargo suele estar presente en las sustancias tóxicas y los venenos", señala Griselda Herrero. Por eso tiene todo el sentido del mundo que la preferencia por lo dulce forme parte del 'diseño natural' de niños y niñas.
Pero, ¿cuánto tiempo dura esta tendencia? A medida que crecen, los niños van teniendo cada vez más margen para tomar sus propias decisiones sobre lo que comen. En su obra Psiconutrición, Griselda Herrero y la psicóloga Cristina Andrades ofrecen una gráfica para explicar cómo se desarrollan a lo largo del tiempo estas preferencias innatas.
Como puedes observar, el paso de los años hace que los niños se abran a los sabores amargos y dejen de preferir únicamente los dulces. Aunque la edad puede ser muy distinta en cada caso, alrededor de los 5 o 6 años se alcanza una especie de equilibrio. Esto se produce siempre y cuando no ocurra algo que provoque que la preferencia por lo dulce se mantenga alta o incluso aumente; o que la aversión hacia los sabores amargos no disminuya.
Más información sobre el curso «Qué le doy de comer a mi hijo»
¿Por qué algunos niños no dejan de rechazar las verduras y preferir los sabores dulces?
A veces no prestamos suficiente atención a los productos que los niños consumen. Muchos padres ignoran, por ejemplo, que los bebés perciben sabores durante el embarazo a través del líquido amniótico. No sólo eso: también perciben y comparten las emociones de su mamá al comer. "Una alimentación más variada durante el embarazo favorecerá que el niño esté más abierto a probar nuevos alimentos cuando crezca. En su mapa mental habrá una gran cantidad de sabores", apunta Herrero.
Cuando los padres creemos que un niño "ya puede comer de todo", solemos bajar la guardia y restar importancia al consumo de productos insanos. Pero los problemas pueden venir de bastante más atrás. Hay numerosos productos como leches de fórmula, o cereales con miel y galletas, que algunos padres ofrecen a bebés de pocos meses pensando -equivocadamente- que son saludables. Tienen un elevado contenido en azúcares o edulcorantes, que puede obstaculizar la progresión natural de las preferencias y aversiones anteriormente analizadas. "Con estos productos estaremos potenciando que su paladar prefiera lo dulce, en lugar de lo contrario", alerta Griselda Herrero. Igualmente, si dejamos de ofrecerle verduras o las utilizamos como castigo, podemos provocar que se mantenga o intensifique el rechazo hacia ellas.
"Debemos ser muy conscientes de cómo alimentamos a los niños desde edades muy tempranas", insiste la dietista-nutricionista. Para ayudarte a tomar decisiones conscientes y responsables, en Escuela Bitácoras te ofrecemos una amplia variedad de cursos sobre alimentación. Desde la «Lactancia materna» hasta la «Alimentación emocional», pasando por el «BLW. Alimentación complementaria autorregulada» y la «Alimentación infantil 12-36 meses». Como siempre, impartidos por profesionales de reconocido prestigio y con vídeos en calidad 4k.