La cuarentena que estamos viviendo ante la crisis del coronavirus nos está enseñando muchas cosas. Entre otras, que lo de quedarse en casa es relativamente sencillo (además de necesario); que lo que resulta más complicado es mantener la armonía y el bienestar hora tras hora, día tras día y semana tras semana. Vivimos una situación de elevado estrés, el futuro es incierto y resulta casi inevitable que el hastío nos afecte. El confinamiento es duro a nivel emocional, tanto para adultos como para los niños. Es fundamental tomar medidas de prevención y cuidado para sobrellevarlo de la mejor forma posible. Seguro que, a estas alturas, ya te has dado cuenta de la importancia de la organización. Las rutinas son valiosas aliadas para fomentar el buen ambiente en casa.
A veces relacionamos el concepto rutina con los más pequeños. Pero en circunstancias como las que estamos viviendo queda claro que cierto nivel de orden y planificación es positivo para todos los miembros de la familia. Los niños se sienten más tranquilos si saben qué va a ocurrir en cada momento del día. Hay que tener en cuenta que han experimentando un cambio repentino y radical en poco tiempo, por lo que también ellos padecen estrés. Para los adultos, organizar la jornada puede tener un efecto igualmente relajante. Nos ayudará a no estar las 24 horas del día dando vueltas a las preocupaciones y a llevar un estilo de vida saludable.

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Estableciendo rutinas en familia durante el confinamiento
Es importante que todos los habitantes del hogar participen en la fijación de las rutinas. En realidad, es recomendable que así sea siempre, no sólo cuando nos vemos obligados a estar en casa. Las reuniones familiares siguiendo las pautas de la Disciplina Positiva ofrecen excelentes resultados en este sentido. La clave es escuchar todas las opiniones, atender todas las sensibilidades, respetar todos los gustos y alcanzar acuerdos que promuevan la responsabilidad y el compromiso colectivo.
Celebres o no esta clase de reuniones, puede ser buena idea organizar la jornada de acuerdo con un horario. Si tus hijos ya saben leer, ponlo por escrito y cuélgalo en un lugar visible para todos. Si están aprendiendo, acompaña el texto con dibujos que lo hagan comprensible. Y si son pequeños, puedes aprovechar cada comida para planificar el día hasta la siguiente. De este modo, durante el desayuno organizaremos las actividades de la mañana; y durante el almuerzo, lo que haremos durante la tarde.
Cada familia es distinta y debe encontrar un esquema que le resulte cómodo. En Internet encontrarás horarios prediseñados, pero te animamos a utilizarlos solamente como referencia. Ninguna rutina se adaptará mejor a tu familia que la que vosotros mismos consigáis crear. En cualquier caso, no olvides dejar margen para la flexibilidad. Pactar un horario no significa que no podamos modificarlo sobre la marcha, si hay motivos para ello. Recuerda también incluir en el acuerdo el reparto de tareas domésticas. Colocar toda la carga sobre una espalda es garantía de tensiones. Hasta los peques pueden hacerse cargo de labores sencillas.

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La actividad física, un pilar en nuestras rutinas
El ejercicio físico debe estar presente en todas las rutinas. Las asociaciones de médicos y pediatras ya nos están alertando sobre uno de los grandes peligros que el confinamiento tiene para niños y adolescentes. Sean más o menos aficionados al deporte, estar en casa supone una reducción drástica del tiempo que dedican a moverse. Toca entenderlo y asumirlo: debemos hacer ejercicio en casa. Todos. Para cuidarles y para cuidarnos.
El sedentarismo es mucho más perjudicial de lo que solemos creer. En el caso de los más jóvenes, los efectos pueden empeorar si la falta de actividad se acompaña con el incremento del tiempo de pantallas (TV, móviles, tablets, videoconsolas...). La frecuencia de uso se relaciona con riesgo cardiovascular, baja autoestima, mala condición física e incluso dificultades en la socialización. Así lo expone la revisión de la literatura científica más reciente.
Los padres debemos incentivar y dar ejemplo. Con los más pequeños, buscaremos maneras divertidas de hacer ejercicio, aunque por lo general les encanta jugar descargando energía. Una opción más tranquila, pero igualmente saludable, es el yoga. El canal de YouTube de los YoguiToubers, en los que los niños son guías y profesores, puede resultar atractivo para tus hijos. Con niños algo mayores y adolescentes, tocará buscar una alternativa adecuada teniendo en cuenta sus hábitos, gustos y condición física.

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La importancia del sueño y el descanso durante la cuarentena
Otro de los grandes peligros del confinamiento es el relacionado con los horarios y los hábitos de descanso. Cuando desaparece la obligación de madrugar surge la tentación de desayunar a las 13:00, comer a las 17:00 y acabar acostándonos de madrugada. Una vez más, es evidente que la situación actual nos permite ser flexibles; pero conviene tener cuidado para que la cosa no se nos vaya de las manos.
Los expertos de la Sociedad Española de Sueño (SES) recomiendan que las rutinas que establezcamos se parezcan todo lo posible a los horarios que teníamos antes. El momento de despertar, el de las comidas, el del trabajo, el de la actividad física... Está claro que no podemos hacer exactamente lo mismo que antes, pero sí podemos organizarnos de forma que la jornada sea similar. Para lograrlo, el primer paso es intentar no levantarnos ni irnos a dormir demasiado tarde.
Este colectivo ha publicado un documento de consenso con consejos genéricos para gestionar el descanso durante la cuarentena. Bajo el título 'Que el coronavirus no te quite el sueño', comparten algunas indicaciones sencillas para mantener en orden el descanso familiar. Es la mejor manera de evitar complicaciones cuando todo vuelva a la normalidad.