Las recomendaciones de las autoridades sanitarias sobre lactancia materna son sobradamente conocidas. Hay tres consejos fundamentales: ofrecer el pecho, si es posible, dentro de la primera hora posterior al nacimiento; alimentar exclusivamente con leche materna durante los primeros 6 meses de vida; y mantener la lactancia hasta los 2 años o más, ya complementada con otros alimentos. Las directrices son claras y cuentan con amplia difusión. El problema es que, a pesar de todo, continúan siendo incumplidas en la mayor parte de los casos.
Poco más de un 40% de las madres en todo el mundo amamantan en exclusiva a sus bebés durante los primeros 6 meses. En España son apenas el 28.53%, con un 18.42% adicional que opta por la lactancia mixta. Esto significa que en un 53.05% de los casos la lactancia materna se abandona antes de que el bebé cumpla medio año, si es que llega a ofrecerse. Es sencillo imaginar que son muy pocos los que disfrutan del pecho hasta los 2 años de vida.
Es un hecho: muchas madres renuncian muy pronto a la lactancia materna. Como es evidente, existen casos en los que no queda alternativa, sea por salud o por motivos laborales. Sin embargo, según estudios recientes, hay motivos habituales para el abandono que están más relacionados con el desconocimiento que con verdaderos problemas. Entre ellos figuran la percepción de producir poca leche y el dolor de pecho al amamantar.
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"No produzco suficiente leche"... o "mi leche no alimenta lo suficiente al bebé"
En un estudio realizado en el Hospital de La Ribera (Valencia), un 21.8% de las madres declararon haber renunciado a la lactancia materna por pensar que su producción de leche era demasiado baja. Además, otro 14.9% reconoció haber abandonado por preocupaciones relacionadas con el peso de su bebé. El problema es que muchas de esas mamás no seguían el consejo de un profesional sanitario. Basaron su decisión en percepciones personales.
El temor a que un bebé no esté perfectamente alimentado es lógico y natural. Pero al mismo tiempo, es alarmante que una madre pueda estar convencida de que su leche no basta sin que un médico lo corrobore. La realidad es que existe cierta presión social, unas veces sutil y otras manifiesta, que empuja a las mujeres a abandonar. En ocasiones, familiares mal informados incitan al miedo, presentando como ciertos mitos sin fundamento sobre la lactancia materna. Pero también hay presión comercial, con muchas compañías interesadas en vender leche de fórmula o complementos innecesarios.
"¿Mi leche es aguada? Todas las leches son un 80-90% agua, pero están repletas de nutrientes, vitaminas y grasas", señala Alba Padró en el curso «Lactancia materna». En una amplia mayoría de casos, la leche materna cubre todas las necesidades nutricionales de un bebé durante sus primeros 6 meses de vida. Más aún, sus maravillosos beneficios van mucho más allá de la alimentación. Si crees que puede haber algún problema con tu leche, por ejemplo de hipogalactia o baja producción, consulta con tu médico. Evita las decisiones basadas en percepciones subjetivas o consejos personales.
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El dolor de pecho y la vuelta al trabajo, enemigos de la lactancia materna
Las encuestas también desvelan que un elevado número de madres deja de ofrecer el pecho por el dolor que les produce amamantar. Es importante comprender que la lactancia materna debe ser una experiencia tranquila y placentera para la mamá y el bebé. Nadie debería soportar dolores ni incomodidades en momentos tan íntimos, en los que no solo se nutre el pequeño, sino también el vínculo afectivo entre madre e hijo.
Pero sí es cierto que se trata de un problema frecuente; y que por lo general, está relacionado con la postura y otros errores al ofrecer la teta. Alba Padró aborda el tema en el curso «Lactancia materna». Gracias a su dilatada experiencia como consultora de lactancia, Alba conoce las causas más comunes de ese dolor al amamantar. Comprobarás que, por fortuna, aplicar soluciones suele resultar mucho más fácil de lo que imaginamos.
Las cosas pueden complicarse mucho más cuando el obstáculo tiene que ver con cuestiones laborales. Mantener la lactancia materna al volver al trabajo, cuando el periodo de baja acaba, puede resultar inviable. Con todo, vale la pena explorar la legislación antes de renunciar. "Debemos estar bien informadas, conocer qué derechos tenemos durante la maternidad y saber hasta dónde los podemos exigir", sostiene la abogada Agustina Rico, profesora del curso «Derechos y maternidad» en Escuela Bitácoras.