Todavía hay un montón de gente que cree que la lactancia es algo que afecta exclusivamente a la alimentación de un bebé. De hecho, durante mucho tiempo hubo madres que apostaron por ofrecer leche de fórmula a sus hijos porque alguien les convencía de que contenía más y mejores nutrientes que la leche materna. Afortunadamente, este mito está hoy desterrado casi por completo. Sin embargo, sí pervive aún la creencia -errónea- de que hablar de lactancia es hablar únicamente de alimentación.
Por supuesto, cuando una mamá ofrece el pecho a su hijo está brindándole el mejor alimento posible. Está regalándole todos los nutrientes que necesita para crecer y desarrollarse de manera saludable. Pero también está manteniendo un contacto próximo con él, transmitiéndole afecto y protección. Está fortaleciendo ese lazo que les une, el vínculo más especial de la naturaleza humana. Como podrás imaginar, si tenemos en cuenta el contexto en que se produce, los beneficios de la lactancia materna van más allá del ámbito de la nutrición.
“La lactancia materna favorece el apego y la comunicación entre madre y bebé. Es una satisfacción íntima”.
Del curso «Crianza de 0 a 4 años», por Lucía Galán

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Lactancia materna, exterogestación y apego seguro
¿Alguna vez has pensado en cuánto cambia el mundo en apenas unos instantes para un recién nacido? De un momento a otro, el universo pasa de ser un rincón confortable en el vientre de su madre a una enormidad repleta de estímulos de todo tipo. Súbitamente todo se vuelve desconocido e incierto. Por eso no puede haber nada tan reconfortante como aquello que mejor conoce el bebé: la intimidad con mamá. Y no es sólo una cuestión de deseo. Autores como Nils Bergman han comprobado que los niños necesitan una exterogestación de unos nueve meses para completar su desarrollo neurológico. El contacto piel con piel con la figura materna es fundamental durante esta etapa. Es una de las múltiples razones por las que madres e hijos son felices con el porteo.
Intenta ponerte en el lugar de un bebé que se acerca al pecho de su madre. Trata de imaginar qué sensaciones experimenta. Cuando siente el calor de esa piel, cuando percibe los latidos de su corazón, cuando recibe alimento, cuando advierte el ritmo respiratorio de mamá... Todos esos estímulos conocidos facilitarán que se sienta tan protegido y amado como durante el embarazo. Además, será más probable que establezca un vínculo de apego seguro con su madre, algo que a su vez influirá positivamente en las relaciones que establezca en el futuro. La lactancia materna también es el mejor alimento para el vínculo afectivo.
Como sabes, los niños aprenden más fácilmente cuando sus necesidades básicas están cubiertas. La lactancia materna es una respuesta firme y efectiva a gran parte de esas necesidades, de modo que impulsa la confianza y la autoestima del bebé. Esto contribuye a reducir sus niveles de estrés, promoviendo un desarrollo saludable tanto en el plano físico como en el neurológico y el socioafectivo.

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La lactancia materna también es beneficiosa para las madres
Quizá nunca hayas escuchado hablar del 'poder protector' de la lactancia materna contra el cáncer de mama. Pero es cierto: se han realizado estudios que demuestran que ofrecer el pecho a tus hijos durante seis meses o más puede protegerte de esta grave enfermedad. Además, también sabemos que la lactancia materna reduce las posibilidades de padecer depresión postparto, un trastorno bastante más común de lo que solemos creer. Aunque cada caso es diferente, las mamás que dan el pecho suelen sentirse tranquilas y gestionan mejor la ansiedad propia de las primeras semanas de vida del bebé.
Con todo, conviene recordar que la lactancia materna es una especie de 'pacto' entre madre e hijo. Es algo que concierne a ambos y son ellos quienes deben decidir la forma y la duración de ese 'acuerdo'. No existe la lactancia demasiado larga, por mucho que haya quien cree que llega un momento en que hay que obligar al niño a dejarla. "¿Te dicen que tu hijo nunca dejará la teta? El destete es un proceso natural, todos los niños pasan por él", explica Alba Padró, profesora del curso «Lactancia materna».
De la misma manera, es fundamental respetar los motivos de cada mamá a la hora de optar por lactancia materna, mixta o leche de fórmula. Incluso con todos los beneficios mencionados, la lactancia materna sirve de poco si no va acompañada de afecto, atención y respeto. Son cuestiones que también destaca el pediatra Carlos González en el curso «Lactancia y sueño», un riguroso repaso a la íntima relación entre la alimentación y el descanso de los más pequeños de la casa.