"Ofrecer lactancia materna a tu hijo es darle lo mejor de ti en el mejor de los envases. A través de ella, madre e hijo establecen un estrecho vínculo afectivo que ya nunca desaparecerá". Con estas palabras, tan hermosas como atinadas, habla Lucía Galán sobre lactancia materna en el curso «Crianza de 0 a 4 años». Nada puede compararse al pecho y la leche de una madre. Es el mejor alimento posible para el bebé, porque le proporciona todos los nutrientes que necesita y fortalece su salud. También es buena para las mamás: reduce el riesgo de depresión postparto y protege contra el cáncer de mama. Pero además, los beneficios de la lactancia materna para el bebé y la madre alcanzan el plano afectivo. ¿Sabías que al dar el pecho a tus hijos estás reforzando el vínculo que os une?
"La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses (...) y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más".
OMS | Lactancia materna
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Lactancia materna y apego seguro
La relación entre madre e hijo es el vínculo más especial de la naturaleza humana. Comienza a fraguarse durante el embarazo y florece tras el nacimiento. Bebé y mamá, cada uno a su manera, desean instintivamente estar juntos, permanecer lo más cerca posible el uno del otro. Hoy sabemos por qué es importante que puedan compartir tiempo, felicidad y contacto durante esos primeros meses. La Teoría del Apego, formulada por John Bowlby en la década de los 60, explica cómo ese vínculo tiene consecuencias decisivas durante toda la vida. Los niveles de calidez y confianza que el bebé experimenta en la relación con su madre definen, en gran medida, su forma de relacionarse con el mundo y con otras personas. Por eso es tan importante conocer el tipo de apego que marcó tu infancia.
Como ya sabes, lo idóneo es que entre madre e hijo se genere un vínculo de apego seguro. Para lograrlo, el bebé necesita disfrutar de una relación privilegiada con su mamá, sentir que ella está ahí para atender sus necesidades fisiológicas, emocionales y afectivas. No existe respuesta más completa para estas demandas que la lactancia materna. Porque un bebé que está tomando el pecho no sólo está alimentándose. Está estableciendo contacto físico y visual con su madre, compartiendo tiempo y espacio, conectando y comunicándose con ella. Con la lactancia materna se ofrece el mejor alimento, pero también la mejor protección, las mejores caricias, las palabras más cariñosas en un idioma que sólo dos conocen.
"La lactancia materna es mucho más que comida. Es una forma de relación física y afectiva. Contacto frente a la soledad, consuelo frente a la tristeza, seguridad para descubrir el mundo, anestesia para el dolor. Es también un complejo sistema de protección inmunitaria. Casi por casualidad resulta que, además, alimenta".
Carlos González
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Vínculo afectivo y lactancia materna: también una cuestión de tiempo
Tal como indicamos al comienzo del post, la OMS recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses; y aconseja mantenerla hasta los dos años o más. No parece casual que el desarrollo del vínculo de apego siga un 'calendario' muy similar. Los primeros meses de vida son determinantes, pero el lazo continúa en formación hasta que el niño tiene dos o tres años. Las ventajas de prolongar la lactancia materna están fuera de duda. Sin embargo, las tendencias actuales están muy lejos de ser coherentes con la evidencia científica. En España, por ejemplo, alrededor del 70% de las madres da el pecho a sus bebés durante el primer mes y medio. Poco más del 65% mantiene la lactancia materna a los tres meses; y a los seis no llega ni el 50%. El porcentaje de niños que cumple dos años disfrutando del pecho materno es casi residual.
¿Por qué se abandona de forma prematura, pese a ser sobradamente conocidos sus beneficios? Los motivos son variados. Algunas madres son víctimas de los mitos sobre lactancia materna. Todavía es frecuente que recurran al biberón ante la creencia (errónea) de que producen poca leche. Del mismo modo, muchos padres piensan (equivocadamente) que practicar colecho provoca que los niños sean menos autónomos. "El colecho facilita la lactancia. Y lo que facilita la lactancia es bueno para la salud del niño", dice Carlos González, uno de los pediatras más prestigiosos de España. En el curso «Lactancia y sueño», Carlos describe la estrecha relación entre descanso, vínculo y alimentación. Sus 13 lecciones son el complemento ideal para el curso «Lactancia materna», en el que Alba Padró desgrana todo lo que necesitas saber sobre esta práctica. Además de desterrar mitos, resolverás tus dudas y aprenderás cómo solucionar los contratiempos más comunes durante la lactancia.