La hora del desayuno es una hora problemática en muchos hogares. Generalmente es la comida del día a la que menos tiempo podemos dedicar. Los adultos solemos ir a toda velocidad, espoleados por los horarios; y a los niños no les queda más remedio que adaptarse y vivir a un ritmo similar. Así que por las mañanas hay que levantarse, asearse, vestirse, desayunar y salir pitando al trabajo y al colegio. Justo en mitad de estas prisas aparece el conflicto. Niños que no quieren desayunar y padres que insisten en que lo hagan -y rápido-. Parece innegociable que el día debe comenzar con una pieza de fruta o un vaso de zumo y un tazón de leche con cacao azucarado y cereales. Y al margen de lo que coman los niños, la peor noticia es iniciar la jornada con mal ambiente en casa.
En el curso «Qué le doy de comer a mi hijo», Miguel Ángel Lurueña explica que buena parte de los problemas que aparecen a la hora del desayuno tienen que ver con la gran cantidad de "mitos, dogmas y bulos" que hay alrededor de esta comida. En realidad, ofrecer a tus hijos un desayuno saludable no es más difícil que proponerles una cena sana. Quizá lo más complicado sea abrir nuestra mente, sacudirnos unos cuantos prejuicios y estar dispuestos a cuestionar cosas que llevamos haciendo toda la vida.
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Desayuno sin mitos, desayuno saludable
"No hay ningún fundamento en eso de que son necesarias cinco comidas al día", sostiene Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Por tanto, no tiene sentido obligar a comer a un niño que no tiene hambre. Ni por la mañana, ni a ninguna hora del día. "Nos empeñamos en que el niño desayune, porque si no, no podrá rendir en el colegio. Los estudios dicen que no hay fundamento que sostenga estas afirmaciones. Si no quiere desayunar, podrá tomar un almuerzo a media mañana en la escuela", añade Lurueña. Si la alimentación de un niño es saludable en general, no hay motivos para preocuparse porque no tenga apetito al despertar.
Otro mito muy extendido, difundido incluso por profesionales sanitarios, es que un desayuno saludable está compuesto por fruta, leche y cereales. Si a los niños no les atraen estas opciones llegamos a agravar los problemas. Añadimos cacao azucarado para que beban leche. Ofrecemos zumos creyendo que es igual que comer una pieza de fruta. Asumimos que esos cereales que presumen de contenido en hierro y vitaminas son recomendables, ignorando las harinas refinadas y azúcares añadidos que incluyen. "Suelen disfrazarse productos insanos de productos saludables", advierte Lurueña.
Entonces, ¿qué podemos ofrecerles como desayuno? "Si quieren comer las lentejas que sobraron del día anterior, no hay ningún problema. Cualquier opción formada por alimentos saludables es válida", sostiene el profesor del curso «Qué le doy de comer a mi hijo». Nos resistimos a hacerlo, pero conviene olvidar la pirámide alimentaria que nos enseñaron en el colegio.
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Cómo evitar los conflictos con niños a primera hora de la mañana
De lunes a viernes, entre las 7 y las 9 de la mañana, muchos padres parecen grabadoras. Repiten una y otra vez idénticas palabras, las mismas órdenes. "Juan, vístete, por favor. ¿Todavía no has acabado de desayunar? Venga, ve a cepillarte los dientes. ¿Cómo que no has preparado la mochila? ¡Vamos a llegar tarde!". Son algunas de las fórmulas que quizá te resulten conocidas. Quizá debemos dedicar un rato a reflexionar con frialdad. ¿Qué destreza o habilidad práctica entrenan los niños cuando las mañanas son así? Por un lado, les exigimos que asuman responsabilidades; pero por otro, no hacemos más que perseguirles para asegurarnos de que las cumplan. O lo que es peor, hacemos por ellos lo que creemos que no harán por sí mismos.
Merece la pena intentar romper estos esquemas. Ayudar a los niños a aprender a ser responsables; y si creemos que nada funciona, tal vez permitir que experimenten las consecuencias de la irresponsabilidad. A los más pequeños les ayudarán herramientas de Disciplina Positiva como las tablas de rutinas, que les dan referencias muy claras de la organización del día. Con las consecuencias lógicas y/o naturales debemos tener cierto cuidado. Son útiles en determinadas circunstancias, pero con frecuencia terminamos usándolas como castigos encubiertos. En los cursos «Disciplina Positiva» y «Disciplina Positiva de 8 a 16 años» te contamos como emplear correctamente estas y otras herramientas para cuidar el ambiente en tu hogar.