La zona de estudio de niños y adolescentes es un rincón del hogar en el que siempre debería haber orden. La concentración y la creatividad solo pueden aflorar en lugares debidamente organizados, en los que todo lo necesario esté a mano. Al mismo tiempo, conviene que sean espacios despejados, donde la limpieza de la superficie de trabajo sea una prioridad. No es sencillo encontrar la armonía entre estos dos aspectos. Sobre todo, cuando el tema del orden se convierte en una guerra casera, una batalla en la que los adultos están en un bando y niños y niñas en el contrario.
En el curso «Orden y Disciplina Positiva», Patricia Ferrández desvela las claves para fomentar la cooperación y los buenos hábitos desde la primera infancia. Siempre partiendo de los criterios pedagógicos de acompañamiento respetuoso que aporta el modelo de Disciplina Positiva; es decir, desde el equilibrio entre amabilidad y firmeza a la hora de relacionarnos con niños y jóvenes. Si queremos que aprendan a mantener el orden en su zona de estudio, lo mejor es inculcar la costumbre desde pequeños, con reglas puntuales en ese espacio que emplean para dibujar o hacer manualidades.
No es preciso complicarse mucho la vida. Aplicando algunas estrategias simples podemos evitar varios de los problemas más frecuentes.
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1. Haz que el orden resulte sencillo
"¡Tienes tu habitación patas arriba!" o "¡mira cómo está la sala de estar!" son dos de las frases que niños y niñas escuchan con frecuencia. Sobre todo, después de una intensa sesión de juego. Mamás y papás somos muy sensibles al desorden, pero quizá no tenemos los sentidos tan agudizados cuando se trata de detectar las necesidades para que un espacio se mantenga ordenado.
¿Quieres que la zona de estudio se mantenga ordenada? Párate a pensar e intenta que sea lo más fácil posible. Si tenemos botes, más complicado será que los lápices queden desperdigados. Con algunas cajas conseguiremos que haya un lugar específico para cada cosa: folios, libretas, tijeras... Enseñando a los peques cómo usar carpetas y archivadores, evitaremos que haya un dibujo en cada rincón del hogar.
2. Elige la organización adecuada para su edad y nivel de madurez
Aunque no solemos darnos cuenta, los adultos solemos diseñar los espacios de la casa de acuerdo con nuestras necesidades. Incluso los dormitorios de niños y niñas responden a nuestros esquemas. No tenemos por costumbre adaptar el hogar a su altura, a sus destrezas, a sus intereses... ¿Cuántas veces has visto, en la habitación de un niño, un cuadro o un espejo colgado varios centímetros por encima del nivel de sus ojos? Los dormitorios Montessori sí tienen muy en cuenta esta clase de detalles.
El orden funciona de la misma manera. No podemos estructurar su escritorio como lo haríamos con el nuestro. Es importante abrir la mente y buscar alternativas. En el curso «Orden y Disciplina Positiva», Patricia Ferrández nos propone varios 'trucos'. Por ejemplo, si a tus hijos les gusta dibujar en distintos lugares de la casa, puedes preparar un pequeño carrito de materiales. Así podrán transportarlos de un cuarto a otro sin dejar ceras y rotuladores por todas partes. También es buena idea organizar esos materiales en cajas transparentes sin tapa. De esta manera, al abrir un cajón podrán ver muy fácilmente qué hay en cada apartado y sabrán dónde dejar cada cosa al terminar de usarla.
3. Ten en cuenta rutinas, momentos y actividades para establecer un orden
La organización de espacios y materiales es mucho más fácil cuando encaja con la organización del día. Es importante que, llegado el momento en que vamos a iniciar una actividad, podamos reunir las cosas que necesitamos sin demasiado esfuerzo. La típica escena de adultos y niños buscando un libro o un zapato por todos los rincones de la casa debe quedar desterrada, en la medida de lo posible.
Piensa en las tareas, actividades y rutinas de tus hijos. Debes incluir en la lista todo lo que hagan con frecuencia: natación, gimnasia, fútbol, baloncesto, clases de idiomas, lecciones de música... Cada una de esas actividades exige ciertos materiales, desde ropa hasta una guitarra, además de un montón de libros. Trata de encontrar un pequeño espacio para cada necesidad; y si puede ser, que ese espacio esté en un lugar lógico. Quizá haya un rincón para las partituras musicales en el dormitorio de los niños, pero la bolsa de deportes debería estar más cerca de la puerta de casa.
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4. La 'batalla' de los dibujos con los más pequeños
Muchos niños y niñas atraviesan etapas de elevadísima productividad en el dibujo. Llegan a realizar un montón de obras cada semana, hasta tal punto que empieza a preocuparnos el espacio que ocupan sus creaciones. Patricia Ferrández nos propone establecer un rincón de arte, que puede ser desde un corcho hasta una cuerda en la que colgar las hojas dibujadas. Solo conservaremos obras que tengan hueco en el rincón, seleccionadas por los propios niños. "Esto puede ayudarles a trabajar el desapego. Hoy quiere tener unos dibujos, mañana prefiere otros y puede cambiarlos", explica Patricia.
Quizá te apene deshacerte sin más de los dibujos descartados. Hay muchas opciones para darles nueva vida. Desde digitalizarlos para guardarlos en la nube, hasta aprovecharlos como papel de regalo para ocasiones especiales. Lo esencial es que los dibujos que conservemos siempre sean valiosos, que no lleguen a convertirse en un incordio.
5. Los libros, otro punto de conflicto y desorden habitual
No esperes a que tus hijos tengan más de 10 años y hayan acumulado decenas de libros para pensar en el orden. Si puedes, trata de organizar su pequeña biblioteca desde el primer día. Cuando son más pequeños, mantén los libros a su altura, con la portada a la vista para que puedan elegir sus lecturas con facilidad. A medida que se familiaricen con los cuentos, podremos girarlos y los identificarán observando el lomo. Porque para fomentar el amor por los libros, es imprescindible que la lectura resulte accesible.
También contribuye al orden de los libros disponer de un atractivo rincón de lectura, en casa o en el aula. En el curso «Literatura respetuosa en la infancia» encontrarás ideas para ello, de acuerdo con el espacio disponible y con la cantidad de niños que vayan a utilizarlo.