¿Cuál es el mejor momento del día para compartir cuentos con tus hijos? Sin lugar a dudas, el clásico es el cuento antes de dormir, un momento mágico del que muchos disfrutamos, primero como niños y hoy como padres. Pero lo cierto es que no existen horarios mejores ni peores por definición. La mejor hora es cualquiera, aquella en que tanto narrador como público estén dispuestos a disfrutar de un relato. "Todas las situaciones del día pueden ser momentos de cuento. Los momentos de cuento están en ti misma y en los libros", expresa Cristina Saraldi, profesora del curso «Cuentos que cuentan. Los cuentos como recurso pedagógico».
La lectura compartida entre padres e hijos tiene innumerables beneficios. Sabemos que los cuentos estimulan el pensamiento crítico de los niños; y además, son un recurso idóneo para conectar con ellos, para gestionar miedos y situaciones difíciles, para transmitir valores, para encontrar la pausa... La ciencia ha demostrado que leer cuentos tiene consecuencias positivas en la salud, el bienestar y la curiosidad de los más pequeños. Para no perdernos ninguna de estas ventajas es muy importante buscar y propiciar momentos de cuento, sea compartidos o en solitario. Dos de las claves principales para generar estos instantes están en la atmósfera y en los espacios de lectura.
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¿Cómo crear una atmósfera adecuada para compartir cuentos con tus hijos?
Leer un cuento es una experiencia que fortalece vínculos entre quienes participan en ella. Por eso debemos dar importancia al ambiente y el contexto en que la afrontamos. "El ritual de crear una atmósfera para contar un cuento nos conecta con la historia y con los niños a los que se la vamos a contar", explica Cristina Saraldi. Hay muchas preguntas que podemos hacernos pensando en sacar todo el jugo a estos momentos. ¿Es de día y estamos a tope de energías y ganas? ¿O es ya de noche y pronto nos iremos a dormir? ¿Es un momento más bien íntimo, con mamá y un solo niño? ¿Hay varios peques y/o varios adultos implicados? ¿Qué gustos tienen? ¿Nos apetece más una historia concreta o podemos dejarnos llevar y ver qué surge?
Cada familia tiene sus peculiaridades. Seguro que las cuestiones que tú te planteas no son las mismas que las que pasan por la mente de otra mamá u otro papá. Lo importante es que considerar esta clase de aspectos puede ayudarnos a preparar para ese momento de lectura compartida y crear nuestro pequeño ritual. Hay familias que cantan una canción cuando llega su hora de los cuentos. Otras tocan instrumentos musicales. Incluso hay quienes utilizan pequeños teatrillos de cartón y marionetas para representar algunos cuentos. Preparar junto a los niños esa clase de 'instalaciones' también puede formar parte del ritual de preparación. Lo esencial es que, hagas lo que hagas, pienses en estrategias para que el momento del cuento resulte agradable y apetecible para todos.
Momentos de cuento en cualquier espacio de la casa... y también fuera del hogar
La mayor parte de las veces compartimos cuentos en un dormitorio. ¿Por qué no hacerlo en otros lugares? "Es hermoso encontrar en casa distintos espacios que inviten a compartir historias, que sean momentos mágicos y únicos. Podemos crearlos en cualquier entorno", apunta Cristina Saraldi. Si tienes sitio en el cuarto de baño, puedes dejar allí algunos cuentos sencillos para los más pequeños de la casa, aquellos que puedan disfrutar sin ayuda. Cuando crezcan serán ellos quienes decidan si quieren llevarse lectura al aseo. Disfrutar un cuento que hable de alimentos en la cocina puede resultar estimulante. Y quizá podemos dejar para la habitación aquellos que nos ayuden a conciliar el sueño. "Te recomiendo agrupar tus cuentos pensando en las actividades que puedas desarrollar alrededor de ellos, en cómo vas a crear ese momento", aconseja Saraldi.
Si te animas a pensar de este modo, pronto comprobarás que en el día hay más momentos para contar un cuento de los que crees. Quizá descubras que los cuentos pueden ayudarte en situaciones que tienden a complicarse, como los viajes o las visitas al hospital. O que en los libros tienes un aliado para responder a las necesidades de tus hijos. "Podemos crear un momento de cuento en una sala de espera, en un semáforo, en la gasolinera, en el autobús, en el parque... ¡hay un montón de posibilidades!", añade Cristina. Los minilibros que caben en cualquier bolsillo son idóneos para compartir relatos fuera de casa. Porque, como puedes ver, los momentos de cuento pueden crearse... o simplemente encontrarse sobre la marcha.