¿Qué rasgos definen a una persona psicológicamente sana? Si hacemos una lista de características generales, en los primeros lugares aparecerán las relacionadas con la empatía, la seguridad en sí misma, la capacidad para construir relaciones equilibradas... y por supuesto, la independencia. Suponemos que una persona saludable tiene que ser independiente. Siendo estrictos con la definición, alguien independiente es alguien que no depende de nadie. Si nos paramos a pensarlo, esto no solo es prácticamente imposible, sino que en realidad tiene poco de saludable. Porque no depender de nadie significa no entregar tu confianza a nadie; y si no confías en otros, será complicado que otros confíen en ti. Por esa razón, si quieres que tu hijo sea 'independiente', estás cometiendo un error.
Es obvio que tendemos a utilizar el calificativo 'independiente' de manera equivocada. Lo deseable para una personalidad sana no es la independencia, sino la autonomía. Porque un niño o un adulto autónomo no está libre de dependencias, pero sí tiene capacidad para elegir cuándo confiar y cuándo ofrecer confianza. Y por supuesto, esto está directamente relacionado con la confianza que tenga en sí mismo. Es un círculo: tus hijos necesitan tu confianza para desarrollar su autonomía; y a través de esa autonomía, fortalecen su autoconcepto y su seguridad.
Estas cuestiones motivaron algunas de las investigaciones de John Bowlby (Londres, Inglaterra, 26 de febrero de 1907 - Skye, Escocia, 2 de septiembre de 1990); psicoanalista británico que formuló la Teoría del Apego. Bowlby demostró que los lazos que construimos durante la infancia, sobre todo con madres y padres, marcan toda nuestra vida. Esos vínculos pueden marcar la diferencia entre una personalidad saludable y una madurez problemática.
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1. Ni dependencia excesiva, ni independencia absoluta: interdependencia
"La evidencia científica indica que los seres humanos de todas las edades son más felices y capaces de desarrollar sus talentos cuando están seguros de que tienen el respaldo de una o más personas de confianza, que acudirán a ayudarles si surgen dificultades".
John Bowlby - Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida (1979)
Bowlby dedicó su carrera principalmente a estudiar las relaciones entre madres e hijos durante los primeros años de vida. Sin embargo, sus inquietudes tenían que ver con la condición humana, con el desarrollo y el bienestar de personas de todas las edades. Sus trabajos no solo nos invitan a cambiar nuestra mirada hacia la infancia, sino a repensar la forma en que nos relacionamos. Debemos comprender que es imprescindible contar con una red de confianza, apoyo y afecto para vivir una vida verdaderamente equilibrada.
2. El tipo de apego que marca una infancia puede condicionar toda una vida
"Las experiencias que una persona tiene, especialmente durante la infancia, afectan tanto a lo que espera de sus relaciones con los demás, como a su capacidad para iniciar y mantener relaciones satisfactorias cuando tiene la oportunidad (...). El primer modelo de relaciones que se establece tiende a persistir. Este es el motivo principal por el que las relaciones que alguien experimenta durante la infancia son de importancia crucial en el desarrollo de su personalidad".
John Bowlby - Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida (1979)
Un niño que crece sabiendo que sus padres responderán si tiene una necesidad aprenderá que puede confiar en los demás. En cambio, un niño que observa cómo sus padres satisfacen o no sus necesidades en función del momento, de su estado de ánimo o de otros factores, aprenderá a desconfiar del apoyo ajeno. No hace falta decir qué conclusiones sacará un infante cuyas necesidades sean frecuentemente ignoradas. El primer modelo de relación que se conoce tiende a perpetuarse. Por eso es tan importante conocer el tipo de apego que marcó tu infancia.
3. El peligro de amenazar a los niños
"La experiencia de separación o pérdida, o la amenaza de separación o pérdida, en especial cuando es usada por los padres como castigo para conseguir buen comportamiento, puede afectar a la confianza del niño en los demás y en sí mismo; y perjudicar al desarrollo de ambas y al desarrollo saludable".
John Bowlby - Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida (1979)
Seguro que has escuchado alguna vez aquello de "si no te portas bien, mamá no te va a querer". Es probable que incluso te lo dijesen a ti. Aunque la amenaza no es sincera, el peligro de que el infante sienta lo contrario es importante. John Bowlby estudió e indicó las posibles consecuencias, tanto de las separaciones reales como de esta clase de chantajes. Los trastornos no solo afectan a la confianza de los niños en sí mismos, sino que también pueden llegar a la ansiedad crónica y la depresión.
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4. Una persona independiente no es una persona saludable
"Un carácter saludable no es tan independiente como los estereotipos culturales suponen. Los ingredientes esenciales de una personalidad sana son la capacidad para confiar en los demás cuando la ocasión lo requiere, así como la habilidad para distinguir quén es digno de confianza".
John Bowlby - Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida (1979)
Las aportaciones de John Bowlby que hemos analizado demuestran que la confianza es un ingrediente imprescindible en una personalidad equilibrada. Esa confianza tiene múltiples ramas. Confianza en uno mismo, confianza en los demás, capacidad para ofrecer confianza a otras personas... Pero el origen de todo, el tronco del que parten esas ramas, está en el modelo que conocemos en la primera infancia. Como dijo Bowlby, "la confianza en la figura de apego es la base de una personalidad estable y segura".
5. El largo camino hacia la confianza en uno mismo y en los demás
"La confianza en uno mismo es normalmente producto de un lento desarrollo desde la infancia hacia la madurez; un camino durante el que, a través de la interacción con personas confiables y motivadoras, una persona aprende cómo combinar la confianza en los demás con la confianza en uno mismo".
John Bowlby - Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida (1979)
Esta última cita de Bowlby sintetiza las claves del concepto de confianza. Aunque empieza a formarse en la infancia, crece y se desarrolla durante toda la vida. Esto no requiere independencia, sino interdependencia, relaciones saludables con otros; vínculos en los depositemos y de los que obtengamos confianza. Solo así se consigue autonomía, necesaria para construir vínculos equilibrados. Y en gran medida, esto tiene que ver con las experiencias que vivimos siendo niños, con la posibilidad de crear un vínculo de apego seguro con nuestros padres.